"Mi madre, mi novia y yo", la comedia de Sebastián Presta que arrasa en el Paseo La Plaza

La obra, dirigida por Diego Reinhold y con texto de Mechi Bove, aborda una temática costumbrista: cómo una madre asfixiante y de fuerte carácter puede condicionar la vida de su hijo hasta la madurez. Este fin de semana, que casualmente se celebró el Día de la Madre, Minuto Argentina estuvo presente en la platea de la sala Picasso del Paseo La Plaza.

Las madres buscan siempre lo mejor para sus hijos y son capaces de dar la vida por ellos. Según la teoría freudiana, el complejo de Edipo es una fase que se extiende durante la primera infancia, entre los tres y los cinco años. Pero, ¿qué pasa cuando ese estadio se prolonga a la adultez y configura un vínculo tóxico entre ambos?

Desde un humor simple pero infalible, digno de un film de Alejandro Doria, "Mi madre, mi novia y yo" logra interpelar, aunque sea en un pequeño aspecto, a todos los espectadores, ya que en algún momento de la vida se han topado con las situaciones que son interpretadas y narradas de forma desopilante.

Todo transcurre durante la cena de Nochebuena, cuando Fernando (Sebastián Presta), que interpreta al estereotipo del solterón que aún vive con su madre viuda (Graciela Tenenbaum), invita por primera vez a su novia (Victoria Almeida), una mujer con impronta moderna y muy independiente.

La pareja intenta hacer un importante anuncio durante la cena, que hace de vector en toda la trama. Mientras eso sucede, una serie de eventos de lo más graciosos hacen reír a la platea hasta llorar.

"Mi madre, mi novia y yo" incluye todos los condimentos del costumbrismo, con una escenografía que expone una típica casa de clase media trabajadora, con muebles pasados de moda y paredes empapeladas. Además, la exquisita actuación de Graciela Tenenbaum eleva la comedia con su arte. Si bien se pone en la piel de una mujer odiosa y osca, que utiliza todo tipo de artimañas psicológicas para no dejar ir a su hijo, a quien considera "el amor de su vida", invoca la lástima de todos al reconocer en él a la figura masculina idealizada de su esposo fallecido, alcohólico y violento.

Por otro lado, Presta y Almeida se lucen en papeles que les calzan como anillo al dedo y hasta interpretan, a puro baile, un musical que denota la química entre ellos y deja aflorar el toque ácido del humor de Reinhold.

La lucha brutal entre las protagonistas y la propia interna de Fernando por complacer a su madre, sin dejar de lado los deseos que comparte con su pareja, hacen que salgan a la luz muchos secretos. De esta manera, la obra culmina de una forma inesperada y por demás graciosa, que es, sin dudas, parte de la vida misma.

En síntesis, "Mi madre, mi novia y yo" nos invita a repensar, desde el humor, cómo es el vínculo que tenemos con nuestros propios padres e hijos, cómo nuestras actitudes pueden dañar al otro sin quererlo y, por supuesto, a no prejuzgar y empatizar con el dolor ajeno.

La obra se puede ver en la Sala Picasso del Paseo La Plaza, los días miércoles y jueves a las 20?h, viernes a las 22?h, sábados en doble función 19:30 y 21:30?h y domingos a las 20?h. Las entradas se pueden comprar haciendo click aquí o en la boletería.