Conocé las suculentas más extrañas: colores y formas extravagantes

Para muchos, las suculentas se volvieron una obsesión, quienes gustan de ellas quieren saber todo sobre sus cuidados, propagación, riego y, obviamente, qué clases de plantas de esta enorme familia se perdieron de conocer, por eso repasamos algunas de las más extrañas.

Aeonium Mardi Grass. Esta bella suculenta se destaca por sus vivos colores en azul y fucsia, la misma lleva los colores del carnaval de Nueva Orleans —de ahí el nombre Mardi Grass—. Es una planta híbrida de reciente aparición, creado por la especialista Renee O'Connell de Altman Plants.

Lithops. El conocido como cactus piedra es una de las plantas suculentas con flores más curiosas que hay. La mayoría de especies en esta familia se consideran xerófitas, es decir, que evolucionaron para soportar la falta de agua de forma exitosa. Por eso, es común encontrarlas en zonas desérticas y, en general, con altas temperaturas.

Haworthia Obtusa Crystal. Sus llamativas hojas parecen bolas de gelatina. La planta crece alrededor de 8 centímetros a lo ancho con 20 o 25 hojas por cada roseta y tiene una flor blanca.

Haworthia Truncata. La parte superior de sus hojas está truncada, dando la sensación de haber sido cortada, de ahí su nombre "truncata". No llega a los dos centímetros de altura porque sus raíces tiran de las hojas constantemente para mantener la planta semienterrada.

Crassula Kimnachii. Sus hojas planas y delgadas en gris plateado casi verdoso se apilan unas sobre otras y forman columnas. Con el tiempo, el tallo tiende a ramificarse y la forma se vuelve aún más curiosa. La altura aproximada de esta planta es de 14 cm.

Sedum Spiral Staircase. Esta planta exótica es mexicana y su más grande particularidad son sus hojas geométricas en forma de escalera que se unen de manera espiral. Sin embargo, lo que también destaca de esta suculenta rara son sus hermosas flores blancas que, sin duda, le da un look muy tierno.

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Hoja. Elegí una hoja saludable que se haya caído o desprendela vos, pero sin cortarla. Dejala secar tres días en una zona luminosa pero sin sol directo ni agua. Colocalas en sustrato específico, pero sin plantarlas, procurando que el extremo que iba unido a la planta no toque la tierra. Pulverizá en días alternos de cuatro a seis semanas. 

División. En la base de cada planta encontrarás unas más pequeñas (retoños). Con unas tijeras de jardín afiladas y desinfectadas, y sin dañar las raíces, retirá los que sean más grandes. Sembralos aparte y pulverizalos en días alternos durante cuatro semanas. 

Esqueje. Consiste en desprender un tallo, eliminar las hojas inferiores y dejar al descubierto cinco centímetros. Dejalo cinco días en una zona con sombra. Pasado ese tiempo, sembrá y pulverizá como en el método anterior.