COMIDA
4 señales de que tenés una mala relación con la comida
Prestá atención porque te puede estar pasando esto y podés actuar a tiempo.Este tema resulta muy importante porque son muchas las personas que, si bien están buscando un cambio físico y llegar a tener esa transformación a todo nivel, sobre todo con la comida, cometen ciertas acciones que quizá puedan perjudicar ese proceso.
Lo que sucede es que crear una buena relación con la comida es lo ideal, pero no tan fácil al comienzo. Se trata de que tengas una correcta información al alcance y, si podés acercarte a algún coach o guía que pueda acompañarte, mucho mejor. Aquí te voy a dejar 4 señales de que estás teniendo una mala relación con la comida así lo tenés en cuenta y podés modificarlo.
Comer afuera te estresa y no disfrutas:
Lo importante es que puedas construir un hábito saludable y que este sea perdurable en el tiempo, entonces sí puedes disfrutar de otros platos fuera de tu alimentación saludable, ya sea un evento o, simplemente, disfrutar con una amiga en un bar. Entender que se trata de un equilibrio hará que, cuando salgas a comer fuera de casa, ese estrés no aparezca y puedas relajarte.
Hay alimentos que te da miedo tener en casa:
Si te está pasando esto, quedate tranquila que no está fuera de lo normal, pero sí es necesario que hagas cambios, sobre todo por tu salud mental. Lo recomendable es que, por más que estés en un proceso de bajar grasa corporal, levantar músculo o el objetivo específico que fuese, puedas disfrutar de algún alimento que deseas, como una cucharada de dulce de leche o algún postre, bebida o golosina. Sin embargo, es importante que mantengas tu foco en ese objetivo con la mejor energía.
Calculás calorías en todos tus platos:
Es importante que entiendas que no se trata de contar cada caloría que te brinda cada alimento que ingerís. Lo esencial es entender que, en cada momento del día, debés darle al cuerpo lo que necesita y confiar en vos mismo de que podrás llevarlo a cabo. Disfrutá de la comida y degustá los platos que desees mientras vas construyendo el resultado que quieres.
Hacés ejercicio para compensar lo que comés:
Si elegís hacer actividad física como hábito en tu vida, no lo hagas sintiendo culpa o porque venís comiendo de más. Lo ideal es que entrenes porque le hace bien a tu organismo y porque te eleva la energía, además de ayudar a tu sistema cardiovascular.