"Fue un desafío hermoso": Héctor Díaz y el reto de protagonizar "Santa Evita" y "Argentina 1985"

Héctor Díaz es de esos actores con nombre común, pero dueño de un rostro inconfundible que es sinónimo del más puro teatro. Con sus recordados papeles, nos hace explorar los lugares más recónditos de nuestra propia experiencia y surfear por un mar de emociones.

Tras un año de pandemia, en el cual los trabajadores del arte y todo aquello que engloba al sector audiovisual se vio muy perjudicado en lo laboral, en el 2021, Héctor Díaz regresó con todo a los escenarios y a las pantallas, para deleitarnos con su talento.

El 2022 lo encontró con el estreno de dos mega producciones en las que participó: la serie de Star +, "Santa Evita"; y la película "Argentina 1985", que narra todo el proceso del juicio a las Juntas Militares. Pero no todo se resume a este excelente presente y, por eso, a través de una entrevista exclusiva con Minuto Argentina decidimos indagar en el pasado que lo formó como el actor que hoy conocemos.

Sus primeros pasos en la actuación

Para descubrir dónde nació todo, hay que decir que Héctor Díaz se encontró con la actuación a los 26 años y casi de casualidad mientras cursaba la carrera de Ciencias de la Comunicación en la UBA. 

"Fueron circunstancias inesperadas y un poco casuales. No fue buscado, no fue vocacional en mi caso; antes de eso, ni siquiera había sido espectador de teatro."

A solo cinco materias para recibirse de licenciado en Comunicación Social, Héctor Díaz pegó un volantazo en su vida y se volcó a la actuación, tras haber realizado un taller de psicodrama del reconocido psiquiatra y dramaturgo Eduardo Pavlovsky y luego apenas unas clases de un curso de actuación con Norman Briski. Eso bastó y, al ver que la gente se reía con su desempeño, sintió curiosidad por la exposición.

"Tengo un carácter que no le calza al dedo a lo que uno imagina que es un actor. Le escapaba a la exposición. Pero sentí como una vibración especial: esto de estar del otro lado y ser mirado, despertaba en mí cierta inquietud", declaró a Minuto Argentina.

Tras esa experiencia asegura haber sentido una "liberación" de esa personalidad introvertida e intelectual que lo atraviesa hasta hoy. Sin embargo, fue la llegada a su vida del genial director y dramaturgo, Pompeyo Audivert, lo que cambió su percepción del arte en general.

"Pompeyo es un artista con mayúsculas, alguien que tiene una mirada sobre el arte más allá del teatro. Rápidamente empaticé con él".

Fue su técnica de actuación la de "el actor que no sabe que está actuando" y deja fluir su expresión antes de que el superyo freudiano coarte esos impulsos, la que lo ayudó a desinhibirse. "Gracias a esa técnica es que yo produje en mí ese desnudamiento del carácter", resumió.

Una vida dedicada a la actuación

Sin dudas, el teatro fue el lugar que lo vio nacer y desarrollarse como actor. Fueron muchos los éxitos que Héctor Díaz protagonizó, tanto del teatro comercial como el independiente, de la mano de laureados directores y dramaturgos como Rafael Spregelburg, Javier Daulte y Daniel Veronese.

Entre muchas experiencias, la de recorrer el mundo con la compañía de Rafael Spregelburg, es destacada por él como uno de los hitos en su carrera: 

"Viajar por el mundo es una experiencia que no hubiese podido hacer de motus propio y pude gracias al teatro".

Otro de los puntos de inflexión que marcó un antes y un después en su vida teatral fue el protagonizar, junto a Gloria Carrá, con quien hasta el día de hoy mantiene una relación de amistad, la obra "¿Estás ahí?", escrita y dirigida por Javier Daulte. La misma estuvo en cartel desde el 2004, recorriendo el país y otros escenarios del mundo.

"La mirada de Javier me hizo pegar un estirón como actor. Ella (Gloria) ya era una actriz con mucho recorrido en la tele, pero en teatro esa obra fue fundacional".

Gracias al apoyo de Javier Daulte, Héctor Díaz se animó a explorar su lado como dramaturgo y pudo escribir su primera obra, "Amor de película", dentro del ciclo "Teatro Líquido", la cual también dirigió. Sin embargo, confiesa que tanto la tarea de escribir su propio libreto, como de dirigir una obra propia (lo cual pudo hacer en varias oportunidades), le llaman la atención pero requieren una exigencia superlativa.

El ahora más que nunca

Durante el 2021, Héctor se mantuvo muy activo en lo laboral y tuvo la posibilidad de formar parte de dos de los proyectos con mayor apuesta de este 2022.

Por un lado, encarnó en "Santa Evita", la serie de Star + protagonizada por Natalia Oreiro, Darío Grandinetti y Ernesto Alterio, al personaje de Julio Alcaráz, el mítico peinador y estilista de María Eva Duarte de Perón. En su conmovedor rol, fue creador de escenas escalofriantes y muy sensibles que desnudan el vínculo íntimo con Eva, de quien además supo ser su confesor.

Al respecto, resaltó que "fue un desafío hermoso" y que, además, fue un reto componer ese personaje, ya que no hay material audiovisual de Julio Alcaráz disponible, pero, gracias al testimonio de algunos familiares, logró acercarse a la vida de quien construyó la imagen de Evita como la conocemos hoy, con su clásico rodete rubio.

"Él era el famoso y termina rindiéndose a los pies de ella, ve algo, intuye algo en ella. En los 70s termina viviendo solo, retirado en un atelier al fondo de un teatro y decide armar un museo propio de Eva".

Casi de forma inmediata y consecutiva, Héctor Díaz tuvo que enfrentar un rol completamente antagónico al anterior: el de abogado defensor del dictador Jorge Rafael Videla durante el emblemático juicio a las Juntas Militares, en el film de Santiago Mitre, "Argentina 1985".

"Las dos capas de lo que tuve que hacer como actor fueron muy cercanas en el tiempo para elaborar dos espíritus tan contrapuestos, de algo muy luminoso a algo muy oscuro. Terminé un viernes con Santa Evita y el lunes empecé con la película", dijo en diálogo exclusivo con Minuto Argentina.

El largometraje, que se estrenará en salas de cine el 29 de septiembre y tres semanas después se podrá ver en Amazon Prime, es protagonizado por Ricardo Darín, en el papel del fiscal Julio Strassera y Peter Lanzani, como Luis Moreno Ocampo. Además, cuenta con la dirección de Santiago Mitre, junto a quien Héctor ya había trabajado en "La cordillera", el film que también le hizo romper el hielo con Darín.

"El guion no se centra en los militares en particular, que ya otro cine lo hizo, sino en la trama judicial. Es un thriller judicial, de cómo fue constituyéndose ese grupo de fiscales. Es estrictamente judicial."

Asimismo, Díaz resaltó que la película muestra escenas del juicio original que no se habían televisado y que se filmó en la propia sala de audiencias, donde asistieron a diario los partícipes reales del proceso judicial. 

Acerca de cómo hizo para componer ese personaje tan polémico, aseguró que intentó no ilustrar al malo y salirse del lugar estereotipado. "No hacer un subrayado, jugar con una zona más irónica e investigar un poco. Más allá de que estábamos en democracia, habitábamos un mundo extraño, donde lo democrático no estaba tan instalado como ahora", dijo y agregó: "era un pobre tipo, miserable y; a la vez, un poco creído de representar al mayor genocida que habíamos tenido."

Hay que destacar que "Argentina 1985" fue seleccionada para competir este año en el Festival Internacional de Cine de Venecia, que se desarrollará desde el 31 de agosto hasta el 10 de septiembre.

Su presente teatral

Más allá de este próspero presente en el audiovisual, hoy, Héctor Díaz se encuentra al frente de "Laponia", una divertida comedia teatral, junto a Jorge Suárez, Laura Oliva y Paula Ransenberg, que se puede ver en el Teatro Picadero los viernes y sábados a las 22.30 horas y los domingos a las 20.30 horas.

La producción, dirigida por Nelson Valente, cuenta con una cálida escenografía que invita a mucha intimidad en la sala del Picadero, y tiene la particularidad de que el escenario se encuentra al nivel del piso.

La misma aborda, desde el humor, ciertas dialécticas que atraviesan al ser humano y a su construcción cultural. Narra cómo una pareja y su pequeño hijo, viajan a Finlandia para pasar la Navidad junto a familiares que viven allí y, tras un hecho decisivo, quedan al descubierto diferencias que parecen irreconciliables, posturas contrapuestas que terminan sin serlo tanto o, al menos, nada es definitivo. 

Sin dudas, una propuesta que hay que ver y que se desarrolla a sala llena cada fin de semana en la Ciudad de Buenos Aires. El público la elige y la calidad de sus actores es garantía de éxito.