La dura advertencia que recibió Susana Giménez tras el debut de Natalia Oreiro en Telefe

Aunque no se encuentre en nuestro país y haya sido el motivo de muchas críticas recientemente, Susana Giménez todavía es una figura muy respetable para muchos colegas y admiradores. Es por eso que, en su columna de espectáculos, Marina Calabró la recordó con cariño.

El nuevo programa de Telefe “¿Quién es la Máscara?” todavía no logra conquistar a un buen público que le ayude a conseguir altos números de rating y, obviamente, es analizado minuto a minuto. Recientemente, encontraron una semejanza al programa de la diva de los teléfonos, puesto que en el ciclo que conduce Natalia Oreiro realizaron una apertura tal y como lo hacía Susana Giménez.

Fue en “Lanata sin Filtro” que Marina Calabró advirtió —sin querer influir en Susana Giménez— que notaba que a  “¿Quién es la Máscara?” le faltaba creatividad, ya que la presentación del inicio fue propia de hace décadas atrás: “Lo que menos me gustó fue que empezó con una coreo al estilo Susana, que es el gran ícono; no sé si sumó algo a lo que ya había hecho Susana. A mí me la recordó demasiado”.

En este sentido, la periodista de espectáculos agregó: “No le quiero llenar la cabeza a Giménez, pero si yo fuera ella, pondría el grito en el cielo por lo que pasó”. Para Marina Calabró, Telefe y la producción de “¿Quién es la Máscara?” se quedó sin ideas: “Hay tanto para hacer y justo elegir algo que ya hizo Susana”. En este sentido, dejó claro que, para ella —y pese a que la creadora de “Hola Susana” no esté en nuestra pantalla—, es la número uno.

La polémica entre Susana y Gasalla

De sobra sabemos que, durante muchos años, el personaje de Antonio Gasalla como “La Abuela” fue una figura infaltable en el living de Susana Giménez; sin embargo, esa amistad parece ser que solo era laboral, ya que al día de hoy salieron varios trapitos al sol.

En “A la Tarde” hicieron eco sobre el pedido de ayuda que hicieron desde la producción de la obra “La Piel de Judas” que protagoniza Susana para lograr atraer a más público. Para ello, contactaron a Gasalla con la intención de invitarlo a presenciar una de las funciones, pero él no aceptó y dejó claro que no son amigos.

De hecho, especificó: “Desde que dejé de trabajar, nunca me llamó para saber si estaba vivo o muerto. Y, ahora, ni siquiera me llama ella personalmente para invitarme; manda a otra gente”. ¿En qué quedará la historia?