Rollos de cartón
No tires los rollos de cartón del papel higiénico: reutilizalos en beneficio de tu jardín
En esta oportunidad, te damos un truco casero que seguramente sorprenderá a muchos.En la búsqueda de soluciones económicas y ecológicas para cuidar nuestro entorno, a menudo pasamos por alto recursos aparentemente insignificantes en nuestro día a día. Uno de estos recursos son los rollos de cartón de papel higiénico, que, lejos de ser considerados desechables, pueden convertirse en verdadero oro para tu jardín o huerto.
Sorprendentemente, estos pequeños cilindros son 100% biodegradables y pueden tener un valor incalculable para tus proyectos de jardinería. Hoy te hablamos de cómo darles una segunda vida a tus rollos de cartón y transformarlos en semilleros, en un proceso sencillo y divertido que no solo beneficia a tus plantas, sino también a tu bolsillo.

Antes de sumergirnos en la creativa reutilización de los rollos de cartón de papel higiénico, es importante entender la relevancia de los semilleros en la jardinería. Los semilleros son recipientes diseñados para albergar semillas en su proceso inicial de germinación y son tubos que muchas veces tiramos.

La función de los rollos de cartón principalmente es proporcionar un ambiente controlado, donde las semillas puedan desarrollarse antes de ser trasplantadas al jardín o huerto. Este método no solo acelera el crecimiento de las plantas, sino que también favorece la retención de humedad y reduce el estrés que las mismas experimentan durante el trasplante.

Materiales necesarios
Rollos de papel higiénico (también podés usar rollos de cocina y cortarlos).
- Sustrato adecuado para rellenar los tubos.
- Una bandeja que sirva como soporte para los tubos.
- Semillas de la planta que desees sembrar.

Preparación de los semilleros:
- Rellenar los tubos directamente y colocarlos juntos en la bandeja. Para hacer esto, doblá la base de cada tubo para evitar que la tierra se salga. Realizá cuatro pequeños cortes de aproximadamente dos centímetros en la base del tubo y doblalos hacia adentro.
- Llená los tubos con el sustrato adecuado poco a poco. Una mezcla ideal incluye compost, turba, fibra de coco y humus de lombriz. Sin embargo, podés utilizar sustratos universales ya preparados o cualquier material disponible en casa. Al rellenar, asegurate de dejar espacio suficiente para regar adecuadamente.
- Una vez que tus semilleros estén listos, es el momento de sembrar las semillas. Hacé un agujero en cada tubo con un palo o lápiz y colocá dos o tres semillas en cada agujero. Luego, cubrí las semillas con tierra, teniendo en cuenta que, como regla general, la semilla debe enterrarse como máximo el doble de su tamaño para que pueda brotar adecuadamente.