La hermosa planta de interior que cierra sus hojas de noche y purifica el aire

En el extenso mundo de la jardinería, existen vegetales de todo tipo que destacan por una o dos características en especial. Tal es el caso de la maranta, una planta de interior que sirve para decorar hasta el lugar más sofisticado. 

La maranta leuconeura, como bien lo indica su nombre, también es conocida como el arbusto de la oración, despliega sus respectivas hojas en la noche y, durante el día, las expande. 

Esta planta pertenece a la familia de las "marantáceas" y, según relata la historia, es originaria de las selvas tropicales que se expanden por América del Sur, puntualmente en Brasil.

Tal como se puede apreciar en las fotografías adjuntadas, la planta en sí posee hojas ovaladas teñidas de verde oscuro, verde claro y líneas delicadas en rosa o plata que, posteriormente, se abren en abanico desde la vena central de cada cual.

Por si fuera poco, los expertos en el área destacan que la maranta es muy famosa en el área de la jardinería, porque purifica el aire y no es para nada tóxica. 

Dichas características son fundamentales para quienes decidan empezar a decorar el interior del hogar y tengan niños o mascotas que podrían verse afectados con las plantas que son tóxicas.

Recomendaciones para tener una maranta

Primeramente, necesitas tener la maranta cerca de la luz indirecta del sol. Podría ser al lado de una ventana o en una mesa que tenga cierta entrada de luz natural, puesto que estas plantas son amantes del sol.

Además, tené en cuenta que la planta puede llegar a crecer de 30 cm o 40 cm, por lo cual, su tamaño debería corresponder al lugar en el que estará situada.

Por otro lado, tené en cuenta que a la maranta no le gustan los cambios de temperaturas muy bruscos y como mínimo resisten unos 10 ºC.

En cuanto al riego se refiere, esta planta reserva agua en sus raíces, por lo que tendrás que tener sumo cuidado al momento de hidratarla. Los riegos abundantes solo deben realizarse durante el verano y, el resto del año, esperar a que el sustrato esté completamente seco para proporcionarle agua.