3 trucos caseros para limpiar tus suculentas y sacarles brillo a sus hojas

El mantenimiento de las suculentas es algo que no se debe perder de vista. Pese a que estas plantas son muy resistentes y se hayan convertido en expertas en sobrevivir a los climas hostiles, no hay que hacerlas pasar necesidades.

En esta nota veremos cuáles son los trucos de limpieza para darles brillo a las hojas de nuestras crasas. Tené en cuenta que esto se puede aplicar en aquellas suculentas que no desarrollen pruina, esa cera natural que tienen para proteger sus hojas. 

Aceite mineral

Este puede ser uno de los mejores trucos, ya que les dará brillo a las hojas de las suculentas. Deberás aplicar una pequeña cantidad con un paño y frotar suavemente la planta: esto también previene la acumulación de polvo y suciedad.

Es importante no exagerar; una pequeña cantidad es suficiente para obtener los resultados deseados. 

Agua y jabón

Se puede mezclar agua y un jabón suave para lavar las hojas de las suculentas. Esto se debe hacer de la siguiente manera: mezclá una pequeña cantidad en un recipiente con agua tibia y sumergí un paño suave o una esponja.

Luego, frotá suavemente las hojas de la planta para eliminar la suciedad y el polvo. Después deberás enjuagar con agua limpia, sin producir encharcamiento en las raíces.

Te recomendamos inclinar la planta, para que no entre agua a la maceta. Finalmente, secalas con un paño suave. 

Vinagre blanco y agua 

Como sabemos, el vinagre es un gran aliado en nuestras casas y para las suculentas también lo es. En este caso, crearás una solución de vinagre blanco y agua para limpiar las hojas de estas plantas carnosas. 

Mezclá partes iguales de ambos ingredientes en un recipiente y sumergí un paño suave. Igual que en el caso anterior, frotá suavemente y luego enjuagá con agua limpia. Secalas con un paño. 

Cada cuánto debés limpiar las hojas de la suculentas

Las hojas de las suculentas deben estar limpias para poder mantener su salud y realizar la fotosíntesis. Sin embargo, no es necesario hacerlo con una frecuencia excesiva. 

Se recomienda hacerlo una vez al mes o cada vez que se acumule polvo o suciedad en ellas.