Suculentas
Cómo saber si tu planta suculenta se pudrió y qué hacer para salvarla
Una guía fácil y rápida para que no des por perdida esa plantita que tanto te gusta.Si estás aquí, puede que te hayas dado cuenta recientemente de que una de tus plantas suculentas está perdiendo su brillo. Hay varias razones por las que puede empezar a pudrirse. El riego excesivo, el drenaje deficiente y las enfermedades son solo algunos ejemplos.
Afortunadamente, hay formas de ayudarla a recuperar su salud. En este artículo repasaremos los pasos que podés dar para evitar que una planta suculenta se pudra.

Paso 1: Identificar la causa
El riego excesivo es la causa más común de pudrición en las plantas suculentas. Asegurate de que la tierra drena bien y de que el agua no permanece demasiado tiempo en el plato. Si no estás seguro de haber regado en exceso, comprueba las hojas, si están blandas o amarillas, es el claro signo.
Otra causa son las malas condiciones de iluminación. Asegurate de que tu suculenta recibe la cantidad de luz solar adecuada a sus necesidades. Por último, inspeccionala en busca de enfermedades o plagas. Si descubrís alguna, tendrás que tratarla antes de pasar al siguiente paso.

Paso 2: Eliminar las partes podridas
Este es un paso crucial que ayudará a la suculenta a recuperarse. Utilizá tijeras de podar afiladas y estériles para recortar las hojas o tallos podridos. Eliminá todo el material que puedas sin dañar las partes sanas.
Paso 3: Tratá la planta
Espolvoreá canela en polvo en las zonas cortadas para evitar infecciones fúngicas. Dejá que la planta se seque durante varios días antes de volver a regarla. También podés usar una mezcla, mitad agua y mitad peróxido de hidrógeno, para el riego. Esto ayudará a combatir las bacterias que quedan en el suelo.

Paso 4: Trasplantá la planta (si es necesario)
Si tu planta sigue mostrando síntomas incluso después de recortar las partes afectadas, puede que haya llegado el momento de trasplantarla. Comprobá si las raíces presentan podredumbre o descomposición. Si ves alguna raíz negra o blanda, retirala con cuidado, con tijeras estériles. Trasplantala en sustrato fresco que drene bien y en una maceta un poco más grande que la actual.
Paso 5: Vigilá la planta
Asegurate de regarla solo cuando la tierra esté seca al tacto. No la dejés en agua estancada. Si observás algún signo de podredumbre, repetí los pasos anteriores hasta que la planta vuelva a estar sana.