Rosquillas de anís: una receta con herencia española que enloquece a todos en otoño

Si buscás algo para compartir a la hora de la merienda, estas rosquillas de anís son ideales, ya que resultan muy fáciles de preparar y tenés varias opciones para servirlas en la mesa. Sin duda, es una de las mejores recetas dulces que podés encontrar y se destaca por su sabor dulce y aromático. 

Antes de comenzar, tené en cuenta que las rosquillas de anís no son lo mismo que los roscones, que son más conocidos como “donas”. La diferencia está en la textura y en el tamaño de estos alimentos. Además, en la cantidad de anís que pueden llevar.

Los roscones de anís son grandes y esponjosos, pero las rosquillas son pequeñas y crujientes. La presentación de las rosquillas de anís suele ser con azúcar. Hay quienes las bañan en chocolate y las decoran con granas de colores o les ponen glasé de limón. 

Esta es una receta que proviene de España. Las rosquillas de anís son un plato típico en las épocas de las fiestas de fin de año y las Pascuas. Su preparación es tan sencilla que llevan años y generaciones tras generaciones presentes en las mesas españolas. Las rosquillas de anís siempre se van a destacar.

Ingredientes

• 250 gr de harina de trigo
• 100 gr de azúcar
• 1 cdita. de levadura en polvo
• ½ cucharadita de sal
• 1 huevo
• 100 mililitros de leche
• 1 cucharada de anís en grano
• Aceite de girasol para freír

Modo de preparación

• En un bol mezclá la harina con el azúcar, agregá la levadura en polvo y la sal. Añadí el huevo, la leche y el anís en grano. Luego mezclá bien hasta obtener una masa homogénea.
• Dejá esta preparación en reposo durante 30 minutos. 

• Mientras tanto, calentá el aceite de girasol que vas a usar para freír (podés usar otro tipo de aceite si lo preferís). 
• Cuando pase el tiempo de reposo de la masa, dale la forma redonda a las rosquillas de anís.
• Importante: la clave está en agarrar un poco de masa con las manos y formar una pequeña bola, luego aplastarla con las palmas y, con el dedo pulgar, presionar en el medio para darle la forma de un disco o anillo. 

• Cuando el aceite esté lo suficientemente caliente, colocá las rosquillas de anís hasta que estén doradas por ambos lados. Escurrí bien las rosquillas en un plato con papel absorbente para eliminar el exceso de aceite y poder decorarlas. 
• Serví este postre dulce esponjoso cuando todavía estén calientes: espolvoreales azúcar glas, azúcar blanca o de mascabo por encima. 
• Si querés, podés derretir chocolate de cobertura para bañar las rosquillas de anís completamente o por la mitad. 

Cómo guardar las rosquillas de anís

Si bien esta receta se destaca por ser crujiente, es muy importante que por dentro se mantenga la esponjosidad de la rosquilla de anís.

Para eso, podrás guardarlas en un tupper cerrado herméticamente cuando todavía están tibias. Para asegurarte de que las rosquillas no absorban el aire, poné un pedacito de pan de cualquier tipo junto a ellas para que este se lleve la humedad y el aire.