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Tortilla francesa: 3 ingredientes para una receta fácil y nutritiva
Esta preparación se distingue de la española y es de las más versátiles, ya que facilita numerosas variaciones.Para salir de apuros y comer nutritivo, una tortilla francesa puede ser lo más indicado. Sin embargo y pese a que se hace con pocos ingredientes, su punto exacto no es fácil de conseguir.
En esta nota te enseñaremos un método para que puedas lograr la tortilla francesa ideal tal y como la hacen los profesionales o bien para que puedas perfeccionarte en la práctica. Prestá atención a la receta para hacer tu versión.
Ingredientes para 1 persona
- 2 huevos frescos
- 15 g de manteca (o un poco más)
- Sal y pimienta negra molida
Modo de preparación
- Cascá los huevos sobre un cuenco o un plato hondo, salpimentá ligeramente y batilos con un tenedor o varillas manuales, hasta obtener una mezcla homogénea.
- El truco para que salga perfecta es que esté bien ligada y sin rastros de la clara (separada de la yema). Además, debés evitar sobrebatir, porque de esa forma se permite el ingreso de aire en exceso.
- Calentá la sartén antiadherente a temperatura media-alta, añadí a manteca y desparramala por todo el fondo. Bajá el fuego y volcá la mezcla de huevo batido por toda la sartén.
- Cuajá el huevo, agitando la sartén de arriba hacia abajo con movimientos circulares. Remové al mismo tiempo la mezcla y raspá los bordes, para llevarlo hacia el centro. Pasado un minuto, vas a enrollar la base de la tortilla sobre sí misma.
- Si es necesario, engrasá un poco más la sartén con manteca para facilitarte este paso. Apagá el fuego y terminá los dobleces de la tortilla francesa en los extremos.
- Serví la tortilla francesa con cuidado en un plato, aderezala a gusto con más manteca, hierbas, sal o pimienta y servila.
Orígenes de la tortilla francesa
Es imposible detectar el origen exacto de la tortilla francesa, ya que los humanos llevamos comiendo huevos desde hace miles de años. Algunas historiadoras gastronómicas como Ana Vega desmienten que esta receta haya surgido a raíz de las penurias de la guerra de la independencia.
En España y en medio mundo se cocinaban tortillas de huevos, pero el término asociado a los franceses se impuso desde mediados del siglo XIX, cuando todo lo de ese país se puso de moda como refinado y elegante.
En Francia se cocinaban tortillas más delicadas, eran esponjosas, jugosas y poco cuajadas. Se las servían dobladas como medialunas o enrolladas. Las españolas, en cambio, solían ser redondas, más secas y gruesas; cocinadas de ambos lados y algo toscas.