5 pasos claves para lavar tus bufandas y que queden como recién estrenadas

Las bufandas son grandes aliadas a la hora de resguardarnos de las bajas temperaturas, además de un excelente accesorio para completar nuestro look. Por eso, en esta nota, te contamos lo que debés hacer para que luzcan siempre limpias tras un cuidadoso lavado.

No caben dudas de que las bufandas de lana son indispensables para salir a la calle durante la época de invierno, pero también son muy delicadas y debés tener mucho cuidado a la hora de lavarlas. Esta ropa de invierno no solamente te cubre del frío, sino que además repele hasta cierto punto la presencia de las bacterias y es biodegradable.

¿Cómo lavar las bufandas de la mejor manera? Para seguir este paso a paso, vas a necesitar un recipiente con agua fría, un cepillo, jabón neutro y una mesa plana.

1- Remojá la bufanda en el recipiente con agua fría y dejala por lo menos una hora para que la lana no se encoja y no sufra cambios al momento de lavarla.

2- Sumergí un jabón neutro en agua caliente y, posteriormente, en agua fría, para que se diluya sin problemas. Recordá que la lana es un material muy sensible y debés tener cuidado.

3- Encontrá las manchas que hay en tu bufanda y, con el jabón listo, limpialas con un cepillo. Es necesario que te tomés el tiempo para lavarla por partes, agregando el jabón en las zonas afectadas. Para las partes sin manchas, no usés el jabón.

4- Retirá la bufanda del recipiente, previo enjuague, y asegurate de que no tenga residuos de jabón. Si es necesario, enjuagala otra vez.

5- Colocá la bufanda de forma horizontal en una mesa y presioná un poco el tejido para que suelte agua. Luego esperá a que seque. 

Cómo recuperar bufandas y abrigos encogidos

Si cometiste el error garrafal de colocar tus accesorios de abrigo o buzos de lana en el lavarropa y se te achicaron, te dejamos estos tips caseros para recuperarlos. Tomá nota:

- Con acondicionador: Poné el tejido de punto en remojo con agua fría y con tres o cuatro cucharadas de acondicionador. Dejá que actúe toda la noche y al otro día verás que volvió al tamaño original.

- Con leche: Dejá toda la noche en remojo la prenda en una mezcla de agua tibia con leche. A la mañana siguiente, verificá el tamaño, pues sus fibras habrán vuelto a la normalidad.