Receta
El mejor glaseado de limón de tu vida para tus tortas y budines, con solo 3 ingredientes
Esta preparación básica tiene un truco que hará que el resultado final sorprenda a todos.Cada vez que vemos budines de pastelerías, panaderías bien coquetas o los hechos en casa por alguien que sabe lo suficiente, observamos que son distintos a los empaquetados: lo que los diferencia es el glaseado de limón que llevan.
El glaseado real (como se llama originalmente en pastelería) es una de las técnicas de decoración más antiguas. El glaseado de limón o de otros sabores puede estar presente en budines, tortas, galletas, panetones y muchas recetas más. En esta nota te enseñamos uno muy fácil.

Ingredientes
- 200 g de azúcar impalpable
- 30 g de jugo de limón
- 1 cda. de manteca

Modo de preparación
- Tamizá el azúcar impalpable o al menos desarmá bien todos los gránulos, necesitamos que esté hecha polvo por completo.
- Sumá el jugo de limón sin semillas y mezclá hasta que estos dos ingredientes estén bien integrados.
- Finalmente, añadí una cucharada de manteca (o mantequilla) blanda y revolvé hasta que se forme un glaseado de limón bien homogéneo y liviano. ¡Listo!

Consejos para optimizar el glaseado
Este topping de decoración está listo para ser usado. Decorá el budín con una cuchara o espátula y dejá lisa la superficie o bien con textura, si te gusta algo más rústico.
El gran secreto de este glaseado de limón es la manteca, porque es lo que hace que el resultado sea blando por dentro y que por fuera tenga una aparente crocancia.

Tené en cuenta que el consejo de los expertos en pastelería es colocar el glaseado caliente si el budín está frío y viceversa (es decir, colocarlo frío si el postre está caliente).
Para ayudar a que el glaseado quede más firme, llevá el postre a la heladera cubierto con un tapa tortas o un recipiente profundo que pueda cumplir la misma función: eso es para proteger el budín, la torta o las galletas de los demás alimentos del refrigerador.
De dónde viene el glaseado
El glaseado real en sí mismo existe desde antaño. Algunas recetas datan de 1800 y tienen sus orígenes en países europeos como Francia, Alemania, Italia. El glasé original lleva en su preparación claras de huevo (en esta nota, hicimos uno exprés, sin ese ingrediente).
El glaseado llegó a Estados Unidos con el inglés Joseph Lambeth que en un viaje lo dio a conocer y se hizo popular por hacer destacadas decoraciones. Lo mismo sucedió en Latinoamérica gracias a la venezolana Dalila Cabrita, quien fue reconocida como una representante excelente del método contemporáneo y pionera en esta parte del continente.