No tires las sillas de plástico manchadas: el truco infalible para dejarlas como recién compradas

Los días de verano nos permiten disfrutar mucho más al aire libre, ya sea en solitario o acompañados de familia o amigos. Es así que, durante esta época del año, podemos aprovechar al máximo el sector externo de nuestro hogar, descansando o relajándonos bajo un árbol o el sol.

En este sentido, es muy común que en las casas se cuente con sillas o reposeras, las cuales son ideales para el espacio externo de la casa y, por ende, están creadas con diversos materiales resistentes a diversos factores climáticos.

Teniendo en cuenta este último punto, es de lo más común que, al estar expuestas a los cambios de clima, como la lluvia, el viento o la exposición solar, entre otros, tus sillas de plástico queden manchadas. Si bien podés limpiarlas con un trapo y algún producto específico, es muy común que determinadas manchas no puedas removerlas con gran facilidad.

Es por todo ello que, en el día de hoy, te revelamos uno de los tantos trucos caseros para que te olvides de las manchas en tus sillas de plástico y que evitarán que vayas corriendo a comprar unas nuevas apenas se presenten en ellas este tipo de suciedad.

Lo primero que vas a hacer es, con ayuda de un plumero o un trapo, deshacerte del polvo y de otra clase de residuos que suelen removerse fácilmente de la superficie de las sillas. A continuación, lo que vas a hacer es colocar en un recipiente una taza de vinagre blanco, seguida de un poco de bicarbonato de sodio y una cucharada de pasta de dientes.

Uní muy bien los tres ingredientes hasta obtener a cambio una pasta de consistencia semilíquida, que vas a esparcir en todas y cada una de tus sillas, prestando especial atención a las zonas donde más manchas se hayan presentado.

Como paso siguiente, vas a dejar durante una hora reposar tus sillas al sol con esta pasta aplicada en ellas, para finalmente deshacerte de los residuos y restos de esta pasta, pero sobre todo de las manchas más difíciles, con ayuda de otro cepillo o esponja completamente limpio. No te olvides de repasarlas una última vez con un trapo o paño húmedo.