Para hacer tu propio jardín Zen: estas son las especies de plantas infaltables

Los jardines Zen, o jardines japoneses, son conocidos por su serenidad, equilibrio y belleza minimalista. Al elegir las plantas adecuadas, se puede crear un espacio que invita a la meditación y a la paz interior. A continuación, te presentamos cuatro de las mejores especies de plantas para un jardín Zen.

Bambú: el bambú es un elemento esencial en muchos jardines Zen. Esta planta simboliza fortaleza y flexibilidad, y su presencia aporta un sentido de tranquilidad y armonía.

• Cuidados: prefiere suelos bien drenados y un riego regular. Es importante controlar su crecimiento ya que puede ser invasivo.

Arce Japonés: el arce japonés es conocido por su follaje delicado y colores vibrantes que cambian con las estaciones, desde verdes suaves en primavera hasta rojos intensos en otoño.

• Variedades recomendadas: 'Bloodgood' y 'Sango Kaku'.
• Cuidados: necesita suelo bien drenado y parcialmente sombreado. Requiere riego regular pero sin encharcamiento.

Musgo: el musgo es fundamental en un jardín Zen, ya que añade una textura suave y un color verde profundo que contrasta con las rocas y grava.

• Variedades recomendadas: musgo almohadilla (Leucobryum glaucum) y musgo de helecho (Thuidium delicatulum).
• Cuidados: prefiere áreas sombreadas y húmedas. Mantener el suelo húmedo es clave para su crecimiento saludable.

Pino Enano Japonés

El pino enano japonés aporta estructura y un elemento de longevidad y resistencia al jardín Zen. Sus formas retorcidas y su tamaño compacto lo hacen ideal para estos espacios.

• Variedades recomendadas: 'Glauca' y 'Fukuzumi'.
• Cuidados: necesita pleno sol y suelos bien drenados. Es tolerante a la sequía una vez establecido, pero se debe regar adecuadamente durante los periodos secos.

Crear un jardín Zen requiere una cuidadosa selección de plantas que aporten belleza, serenidad y equilibrio al espacio. El bambú, el arce japonés, el musgo y el pino enano japonés son excelentes opciones que, con el cuidado adecuado, pueden transformar cualquier área en un refugio de paz y meditación. Al combinar estos elementos con rocas, arena y agua, se puede crear un jardín que no solo es visualmente impresionante, sino también espiritualmente revitalizante.