Lo que no sabías sobre la vida sentimental de Gabriela Sabatini

Gabriela Sabatini se ha convertido en una de las damas más nombradas en los últimos días, y es que, tras el revuelo que se armó ante su ausencia a la boda de Oriana Sabatini y Paulo Dybala, no se esperaba menos.

Gabriela Sabatini es una de las grandes referentes del tenis argentino en el mundo, quien a pesar de llevar muchos años retirada, sigue siendo recordada como una de las mejores y más queridas. Sin embargo, existen aspectos de su vida que siempre han sido un misterio.

La vida personal y sobre todo sentimental de la extenista siempre ha llamado la atención de los medios de comunicación, ya que suele ser muy reservada al respecto. No obstante, con lo sucedido recientemente en su familia, varios detalles salieron a la luz.

Desde hace años se sabe que Gabriela mantiene un vínculo sentimental con Luján Grisolia, una licenciada en marketing, con quien se la suele ver en varios de los viajes que realiza. Pero al parecer, este romance no sería del agrado de la familia Sabatini, según lo que informó Luis Ventura.

“Ese vínculo no siempre fue bien visto de puertas para dentro, no todo el mundo aceptaba el romance”, comenzó comentando el periodista, quien aportó un dato crucial. Sin embargo, lo que dio a entender luego, podría ser uno de los motivos de la ausencia de la deportista al casamiento de su sobrina.

"Cuando llegaba Gabriela con su novia, había como silencios".

“No sé por qué sucedía esto, si es por temperamento, por incompatibilidad de caracteres, llámenlo como ustedes quieran. El tema es que cuando llegaba Gabriela con su novia, había como silencios, había distanciamientos”, agregaba Ventura.

Juntas, pero separadas

Otro de los datos interesantes que se supo sobre Gabriela Sabatini y su pareja, Luján Grisolia, es que a pesar de llevar más de una década en un vínculo amoroso, ambas decidieron vivir en casas separadas.

Esto no es ninguna novedad hoy en día, ya que son muchas las parejas que eligen esta forma de vivir su romance, para así mantener encendida la chispa del amor y evitar que los roces de la convivencia arruinen eso que los unió.