Elba Marcovecchio plantó bandera blanca con las hijas de Jorge Lanata

Llegó la paz en el entorno de Jorge Lanata.
domingo, 9 de febrero de 2025 · 16:00

Durante más de seis meses, donde el pronóstico oscilaba continuamente, Jorge Lanata se convirtió en tema de conversación e interés para todos los medios de comunicación, teniendo en cuenta su complejo y delicado estado de salud.

Si bien se dijo que habría presentado mejorías durante las últimas semanas, donde ingresó en tres ocasiones al quirófano, el pasado 30 de diciembre del 2024 se anunció el triste y angustiante deceso de Jorge Lanata.

Tras una emotiva despedida, en donde estuvieron todos sus seres queridos, se dijo que la disputa entre Elba Marcovecchio y las hijas del conductor empezaría más temprano que tarde, teniendo en cuenta la herencia que habría dejado.

No obstante, lejos de iniciar con un nuevo conflicto, ambas partes mantuvieron cordura y se enfocaron en atravesar el vacío y el dolor que dejó el fallecimiento de Jorge Lanata, que aún sigue afectando a su círculo más cercano.

Ahora, fue Elba quien decidió romper el silencio, a un mes de triste adiós, y plantar bandera blanca para con las chicas: "Es muy difícil porque la fecha a todos no afecta, independientemente de la sensibilidad que cada uno puede tener".

"Todo se resuelve, lo único que no se resuelve es lo que estamos transitando".

"Yo soy bastante sensible. Es un mes de Jorge, que para mí es una eternidad. El tiempo está totalmente raro en mi cabeza, en mi emoción", explicó la letrada, quien no dudó en admitir que el dolor sigue intacto y que la vida sin su pareja es difícil.

Tristeza

"Fue el mes más extenso de mi vida y que sea justo el día de mi cumple, con la forma en la que él lo organizaba. Me hacía los cumpleaños tan lindos, lúdicos, generosos y amorosos. Lo disfrutaba tanto él como yo", contó.

"En los últimos días de Jorge yo le leía. Le leía como si pudiera forzarlo hasta por una cuestión de egoísmo. Le leía todo el tiempo. En mi corazón sentía que se iba, pero, por otra parte, esperaba el milagro y no llegó", exclamó, con angustia, Marcovecchio.

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