JONATAN VIALE
Jonatan Viale marcó su postura con respecto a Eduardo Feinmann
El nuevo conductor de TN contó las internas con su colega.A pesar de su repentina salida de La Nación +, todos recuerdan aún los encontronazos en vivo de Jonatan Viale y Eduardo Feinmann cuando les tocaba hacer el pase televisivo y, cada vez, se generaba más tensión. El vínculo entre los colegas llegó al punto de no dirigirse más la palabra y, a partir de ese momento, de vez en cuando se lanzan una que otra picana.
Este jueves, Jonatan Viale estuvo como invitado en "Mañanísima", el programa conducido por Carmen Barbieri por la pantalla de El Trece, quien le consultó acerca de su vínculo con el otro conductor. "Ustedes dos hacen una dupla genial", lanzó la exvedette, ante lo cual él admitió sin tapujos su punto de vista al respecto: "Gran dupla".
En cuanto a cómo quedaron las cosas entre ellos, Jonatan Viale admitió de forma distendida y madura: "Está todo bien con él, ya pasó". Sin embargo, la actriz consultó de manera incisiva: "¿Estás peleado?", pero él reiteró su postura a pesar de los enfrentamientos con Eduardo: "No, yo no me peleo".
"No se puede pelear uno con Feinmann", dijo Barbieri y el hijo de Mauro supo separar lo que ocurre al aire con la vida personal, por lo que aclaró: "No hay tiempo para pelearse. No, si te peleas, sonaste". Sin dudas, estas revelaciones marcan un importante camino hacia una posible reconciliación con su colega. ¿Pasará?
Jonatan Viale abrió su corazón
En la misma entrevista, el reconocido politólogo también habló de su padre fallecido, Mauro, a quien le siguió los pasos, aunque al principio se resistió. ¿Estás muy seguro desde chiquitito que querías ser periodista y meterte en lo grosso? Porque te metés con la política, con el presidente y con el que venga", quiso saber Carmen y él dijo: "Al revés, yo no quería ser periodista, estaba negado. Tenía un Edipo en términos psicológicos, diría mi mamá. Al contrario, no me identificaba con mi viejo por los 90, Samanta, Natalia, todo ese lío".
Luego, Jony le echó la culpa a la adolescencia, "la edad del pavo", por su rebeldía de intentar hacer algo distinto. "A mí me gastaban, me hacían bullying con mi viejo. Los 90, Menem, él muy amigo de Menem" "Fue molesto para mí, pero después con los años me di cuenta que lo admiraba, una admiración de padre a hijo en secreto. Y dije: ¿para qué me voy a resistir?" y fue entonces que comenzó a estudiar ciencias políticas.