El secreto sencillo para que tus suculentas cambien de color

Las suculentas son un gran complemento para la decoración de cualquier jardín o casa. Las hay de varias formas y tamaños y requieren cuidados mínimos. Sin embargo, algo que fascina a sus amantes es la capacidad de estas hermosas plantas para cambiar de color. Algunas lo hacen debido a los cambios estacionales, mientras que en otras se produce debido al estrés. Sea cual sea la razón, añade carácter y singularidad a la planta. En este artículo, hablaremos del sencillo secreto para que tus suculentas cambien de color.

Exposición a la luz

Si tu suculenta no recibe suficiente luz, perderá su color vibrante y se volverá pálida. En cambio, si recibe demasiada luz solar directa, puede volverse marrón o negra. Para evitarlo, tenés que encontrar el equilibrio ideal entre luz y sombra. La mejor solución es colocarlas cerca de una ventana que reciba luz solar brillante e indirecta. También podés usar cortinas transparentes o alejarlas de la ventana durante las tardes calurosas.

Temperatura

Entre las suculentas que cambian de color en respuesta a los cambios de temperatura están la Echeveria, la Graptoveria y la Pachyphytum. Para las suculentas que lo hacen por las temperaturas cálidas, podés mantenerlas en un alféizar soleado o un invernadero. Para las que cambian en respuesta a temperaturas frías, podés ubicarlas en un lugar fresco, como un sótano o una habitación sin calefacción. Sin embargo, debés tener cuidado de no exponer tus suculentas a temperaturas extremas, ya que puede ser perjudicial para ellas.

Riego

El riego excesivo hace que las hojas se vuelvan blandas o translúcidas, mientras que si no es suficiente, se vuelven secas y quebradizas. Las suculentas están adaptadas a ambientes secos y pueden sobrevivir largos periodos sin agua. Por lo tanto, solo debés regarlas cuando la tierra esté completamente seca. También asegurarte de que la maceta tenga un drenaje adecuado para evitar que se encharque.

Suelo

Las suculentas necesitan un suelo que drene bien y permita que el aire llegue a las raíces. Si la tierra está compactada provoca la pudrición de las raíces, lo que hace que las hojas se decoloren. Para asegurarte de que tienen la tierra ideal, podés añadir perlita o arena a la mezcla de la maceta para mejorar el drenaje. También podés trasplantar tus suculentas si observás que no prosperan en su suelo actual.