Cotyledon orbiculat: cómo cuidar esta exótica suculenta perfecta para decorar tu casa

Si buscás una suculenta única y exótica que añada un toque de estilo y belleza a tu hogar, no busqués más que la Cotyledon Orbiculata. Con su aspecto llamativo y sus requisitos de cuidado de bajo mantenimiento, esta planta es el complemento perfecto para cualquier espacio.

¿Qué es la Cotyledon Orbiculata?

La Cotyledon Orbiculata, también conocida como Oreja de Cerdo, es originaria de Sudáfrica. Esta planta es popular por sus llamativas hojas de forma ovalada, gruesas y carnosas, con un color verde plateado que destaca sobre su tallo marrón rojizo. Crece hasta un metro y medio de altura y un metro y medio de anchura, lo que la convierte en una elección perfecta para quienes deseen decorar su casa con una planta hermosa y de bajo mantenimiento.

Cómo cuidarla

Riego: regá tu planta solo cuando la tierra esté completamente seca. El riego excesivo causa la pudrición de las raíces, que es fatal para tu planta

Luz: le encanta la luz solar brillante e indirecta. También tolera algo de sombra, pero demasiada hace que se vuelva patilarga y pierda su forma compacta.

Suelo: prefiere un suelo con buen drenaje y rico en materia orgánica. Añadí perlita o arena a la mezcla de tierra y usá una maceta con agujeros de drenaje para permitir que salga el exceso de agua.

Fertilizante: podés alimentarla con un fertilizante equilibrado multiuso una vez al mes durante la temporada de crecimiento (primavera y verano).

Propagación: arrancá una hoja o un tallo sano y dejá que se seque durante unos días. Plantá el esqueje en tierra que drene bien y regá con moderación hasta que desarrolle raíces.

Pestes y enfermedades: las cochinillas son unos pequeños insectos blancos que viven en las hojas y el tallo. Para deshacerte de ellas, usá un bastoncillo de algodón humedecido en alcohol. Si notás que tu Cotyledon Orbiculata empieza a marchitarse o a volverse marrón, es posible que sufra podredumbre radicular. Para solucionarlo sacá suavemente la planta de la maceta y comprobá si las raíces presentan signos de podredumbre. Si las ves negras y blandas, cortalas y volvé a plantar la suculenta en tierra fresca.