Los secretos para limpiar los picaportes y cerraduras para que brillen como el primer día

Los picaportes y cerraduras son algunos de los elementos que más se tocan en casa, pero a menudo pasan desapercibidos cuando hay que limpiarlos. Si están sucios y mugrientos no solo tienen un aspecto antiestético, sino que también pueden albergar gérmenes y bacterias. Con los siguientes consejos, mantendrás los picaportes y cerraduras de las puertas limpios y relucientes como el día que los compraste.

Prepara tus materiales de limpieza

• Pañuelo de microfibra.
• Taza con agua tibia.
• Hisopos de algodón.
• Detergente suave.
• Vinagre blanco.
• Bicarbonato sódico.

Saca los picaportes y cerraduras

Esto te permitirá acceder a todos los rincones y te facilitará mucho la limpieza. La mayoría son fáciles de quitar con un destornillador, pero consulta las instrucciones del fabricante si no estás seguro.

Limpia con agua y jabón

Utilizando un paño de microfibra empapado en agua jabonosa tibia, limpia, prestando especial atención a las hendiduras y ranuras. Si encontrás suciedad persistente, utiliza un hisopo de algodón para llegar a los espacios estrechos. Enjuaga el paño con agua y pasalo para eliminar los restos de jabón.

Usa vinagre blanco para eliminar las manchas resistentes

Moja un paño de microfibra en vinagre blanco y frotalo sobre la zona afectada. Deja actuar unos minutos y luego enjuaga con agua. El vinagre tiene propiedades limpiadoras naturales y ayudará a eliminar las manchas más resistentes.

Abrillanta con bicarbonato

Mezcla un poco de bicarbonato con agua hasta formar una pasta espesa y aplicala con un paño de microfibra. Frota con movimientos circulares, lava con agua y seca con un paño limpio.

Lubrica la cerradura con polvo de grafito

Para que la cerradura funcione con suavidad, aplica una pequeña cantidad de polvo de grafito en el ojo. Esto ayudará a que la llave gire con más facilidad y evitará que se atasque.

Volvé a colocar el picaporte y la cerradura

Una vez que estén limpios y secos, volvé a colocarlos en la puerta. Apretá bien los tornillos para evitar que se tambaleen o se muevan.