Plantas de interior
Calathea: cómo hacer feliz a esta planta de interior que llama la atención por sus hojas
Incorporá este ejemplar a tu colección y mantenelo sano con estos fáciles consejos.Las plantas Calathea son conocidas por sus impresionantes hojas y constituyen una excelente vegetación de interior. Con sus colores vibrantes, patrones únicos y tamaño impresionante, no es de extrañar que sean muy buscadas por los entusiastas. Sin embargo, para que crezca sana y hermosa, es fundamental proporcionarle los cuidados y la atención adecuados. En este artículo, te guiaremos a través de los pasos esenciales para optimizar el crecimiento de tu Calathea.
Selección del lugar perfecto
Como planta tropical, prospera en ambientes cálidos y húmedos, por lo que es importante colocarla en un lugar con luz solar indirecta. La exposición directa a la luz solar intensa chamusca las hojas y causa daños indeseados. Una ubicación cerca de una ventana orientada al norte o al este suele ser perfecta para mantener el equilibrio lumínico adecuado. Además, la temperatura ambiente debe estar entre 15 °C y 24 °C para crear un entorno de crecimiento óptimo. Evita exponerla a corrientes de aire o fluctuaciones bruscas de temperatura, ya que estresan a la planta y provocar la decoloración o caída de las hojas.

Proporcionar una humedad adecuada
Prosperan de forma natural en condiciones de humedad elevada, similares a las de sus hábitats nativos de selva tropical. El aire seco hace que los bordes de las hojas se enrosquen y se pongan marrones, dando un aspecto poco saludable. Para aumentar la humedad, considera la posibilidad de colocar un humidificador cerca o aplicar técnicas sencillas como rociar las hojas con regularidad. Agrupar las plantas también crea un microclima que favorezca la humedad. Otro método eficaz es utilizar una bandeja de guijarros, llenándola de agua y colocando la maceta encima; solo tenés que asegurarte de que la maceta no esté directamente en contacto con el agua.
Riego y drenaje
Prefieren un nivel constante de humedad en el suelo sin encharcarse. El riego excesivo provoca la pudrición de las raíces, mientras que el riego insuficiente hace que se marchite y se seque. Antes de regar, comprobá el centímetro superior de la tierra para determinar si está seca. Si es así, es hora de regar tu Calathea. Utiliza agua filtrada o deja reposar el agua de la canilla durante 24 horas para eliminar el cloro, ya que es sensible a los productos químicos. Un buen drenaje evitará que el agua se acumule en el fondo y que se pudran las raíces. Si se acumula agua en el platillo, retira el exceso después de regar.

Rutina de abonado
Durante la temporada de crecimiento (primavera y verano), alimentala cada dos semanas con un abono equilibrado y soluble en agua para plantas de interior. Diluí el abono según las instrucciones del envase para evitar una fertilización excesiva. Durante el período de reposo vegetativo (otoño e invierno), reduce la fertilización a una vez al mes o cesa por completo, ya que el crecimiento se ralentiza.
Control de plagas
Ocasionalmente son víctimas de plagas comunes de interior, como la araña roja y la cochinilla harinosa. Inspecciona regularmente tus plantas para detectar cualquier signo de infestación, como telarañas, residuos pegajosos o insectos diminutos en el envés de las hojas. Si observas plagas, aísla la afectada y tratala con jabón insecticida orgánico o aceite de neem. Es especialmente importante eliminar las plagas rápidamente, ya que causan graves daños a las hojas y a la salud general.

La importancia de un mantenimiento regular
Además de las instrucciones de cuidado específicas mencionadas anteriormente, el mantenimiento regular es vital para tener tu Calathea sana y hermosa. Elimina inmediatamente las hojas amarillas o marrones, ya que indican problemas o enfermedades subyacentes. Limpia suavemente las hojas con un paño húmedo con regularidad para eliminar el polvo y mantener su brillo natural. Por último, considera la posibilidad de trasplantarla cada uno o dos años para proporcionarle tierra fresca y asegurar un crecimiento adecuado. La primavera es el mejor momento, ya que la planta entra en su fase de crecimiento activo.