Un niño interrumpió al papa Francisco durante su audiencia para pedirle su solideo

Un niño conmovió a los presentes durante la audiencia general del papa Francisco y la reacción del máximo líder de la Iglesia católica dio la vuelta al mundo, por su empatía y capacidad para romper cualquier protocolo en sus apariciones públicas.

Mientras el papa Francisco se dirigía a la audiencia presente en la gran sala Pablo VI del Vaticano, un niño de aproximadamente 10 años, se le acercó, sin generar alarma entre los funcionarios de seguridad, que no intentaron detenerlo. El menor de edad estrechó la mano del pontífice y dejó claro que quería quedarse un momento con él, por lo que monseñor Leonardo Sapienza, jefe del protocolo, se levantó y le dio su lugar a la derecha del líder católico.

Trascendió que el niño tenía una limitación médica y el papa Francisco le permitió subir y bajar del escenario con total libertad. Volvió varias veces junto al santo padre, mientras él continuaba con la lectura de su discurso durante la audiencia.

El niño señaló en varias ocasiones el gorro blanco del pontífice, que es conocido como zucchetto o solideo, que es utilizado para cubrirse la cabeza y según las normas de la Iglesia, los sacerdotes solo pueden quitárselo ante Dios o el Santísimo Sacramento durante la Misa, específicamente entre el Prefacio y la Comunión.

La insistencia del menor de edad no fue en vano y le entregaron un solideo, algo que derivó en aplausos y las risas de varios miles de personas que participaban de la audiencia. Tras conseguir su objetivo, regresó feliz con su madre, que se encontraba entre los presentes.

Este niño tuvo la libertad de acercarse y moverse como si estuviera en casa. Agradezco a este chico la lección que nos ha dado a todos.

El papa Francisco explicó, a los presentes en la audiencia pública, que el niño tenía una discapacidad y pidió por la intervención divina para que pueda desarrollarse sin ningún problema.

Que el señor le ayude en su limitación, mientras crece, porque lo que ha hecho le ha salido del corazón.

No es la primera vez que se rompe el protocolo

De acuerdo a la tradición católica, el gorro blanco que utiliza Francisco está formado por seis piezas cosidas entre sí y el pontífice solo puede desprenderse de él ante la presencia de Dios como símbolo de respeto.

En el pasado, también otros niños han sido protagonistas de la audiencia dirigida por el líder de los católicos, al pasear libremente por el estrado y al sentarse en la silla destinada al pontífice, quien siempre resalta la espontaneidad de los menores de edad y les ha permitido desplazarse sin restricciones.