ISRAEL
Ante un repunte de contagios, Israel le apuesta a la pastilla contra el coronavirus de Pfizer
El primer ministro israelí, Naftali Bennett, anunció la compra de un primer lote de la pastilla de Pfizer.De manera oficial, Israel se convirtió hoy en el primer país del mundo en apostarle a la pastilla contra el coronavirus desarrollada por los laboratorios Pfizer, Paxlovid, el primer fármaco oral en ser aprobado para el uso de emergencia por la FDA (Administración de Medicamentos y Alimentos de EE. UU.).
En un nuevo intento por mitigar la creciente curva de contagios que experimenta el país desde la llegada de la nueva variante Ómicron, el Gobierno de Israel autorizó la compra de unas 100.000 píldoras anticoronavirus de la empresa farmacéutica Pfizer, las cuales serán utilizadas con “tratamiento alternativo”.
Según detalló el primer ministro israelí, Naftali Bennett, el primer lote de pastillas de Pfizer deberá ingresar a la nación de Oriente Medio entre los primeros días del próximo año, cuando la compañía esté lista para exportar su medicamento.
En la misma línea, explicó que los comprimidos antivirales del laboratorio estadounidense servirán para “aliviar un poco” los congestionados vacunatorios de la nación hebrea que, desde la llegada de la nueva variante Ómicron, se encuentra rebozada de personas a la espera de recibir la dosis de refuerzo.
Sin embargo, Bennett insistió que las pastillas contra el coronavirus de Pfizer “no serán el reemplazo de las vacunas”, sino que servirán como un complemento del tratamiento antiviral. “Las vacunas son y seguirán siendo nuestra principal herramienta para combatir al coronavirus”, recalcó.
Eficacia de la pastilla de Pfizer
El comprimido oral de Pfizer demostró una eficacia del 90% en la reducción de casos graves de coronavirus, ingresos hospitalarios y muertes asociadas a la enfermedad viral. Asimismo, los síntomas adversos de la pastilla resultaron ser menores que los de las vacunas.
Las autoridades sanitarias de Estados Unidos recomiendan su uso para personas mayores de 18 años calificadas como de alto riesgo, es decir, adultos mayores, personas con comorbilidades, inmunodeprimidas, pacientes cardíacos, oncológicos y con obesidad mórbida.