Irak
Francisco en Irak: por qué su encuentro de hoy fue histórico
Entre el papa y el gran ayatolá Alí Sistani.La diplomacia del Vaticano logró concretar un encuentro histórico: el del papa Francisco y el del gran ayatolá Alí Sistani. En la reunión, que duró unos 45 minutos, ambos líderes religiosos abogaron, con sus oraciones, por un futuro de paz para Irak, Medio Oriente y el mundo. Se trata de un paso más del obispo de Roma en su interés por tender puentes con el islam, aunque finalmente no firmaron un documento conjunto.
Sistani, de 90 años, es un líder espiritual para la gran mayoría de los musulmanes chiitas (rama del islam). No obstante, desde hace años no hace apariciones públicas. A sus fieles (y a los periodistas) les responde por escrito y sus representantes leen los discursos que escribe. Pero recibió al papa Francisco en su modesta casa, en uno de los barrios humildes de la ciudad santa chiita de Nayaf.
Tras la reunión, que bien puede ser considerada uno de los encuentros interreligiosos más importantes, las oficinas de ambos líderes emitieron comunicados en los que compartieron los temas tratados en la conversación a puertas cerradas. Sistani, por su parte, resaltó al líder católico su "preocupación de que los ciudadanos cristianos deberían vivir, como todos los iraquíes, en seguridad y paz, y teniendo todos sus derechos constitucionales".
Además, subrayó el papel que tuvo la autoridad religiosa en "proteger a todos aquellos que han sufrido injusticias y daños en los últimos años", especialmente cuando el grupo islamista radical Estado Islámico (EI) tomó, entre 2014 y 2017, casi un tercio del territorio iraquí y perpetró atroces crímenes contra las minorías religiosas y étnicas del país.
También remarcó “los grandes desafíos a los que se enfrenta la humanidad”, como “las injusticias, asedios económicos y desplazamientos que sufren muchos pueblos de nuestra región, especialmente el pueblo palestino en los territorios ocupados”. Asimismo, hizo hincapié en “el papel que deben desempeñar los grandes líderes religiosos y espirituales para frenar todas aquellas tragedias.
Por su parte, el papa Francisco abogó por el fin de los crímenes perpetrados por el extremismo, al que calificó como una “traición a la religión”. Por otro lado, además de insistir en “la importancia de la colaboración y amistad entre las comunidades religiosas”, el obispo de Roma agradeció al ayatolá “que haya levantado la voz en defensa de los más débiles y perseguidos”. Es que Sistani, convertido también en una importante figura política tras la invasión estadounidense, siempre llamó a los musulmanes chiitas tanto a respetar a las minorías como a proteger a los creyentes cristianos y sus templos. Además, durante la invasión del EI pidió a los ciudadanos iraquíes que se opusieran al grupo extremista.