Las promesas de Bolsonaro, al tacho: un día después, recortó los fondos de Medioambiente

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, afirmó ante otros cuarenta líderes y el mundo entero que redoblaría los esfuerzos para luchar contra el cambio climático y la deforestación. La promesa duró menos de 24 horas. El mandatario ultraderechista sancionó la Ley de Presupuestos aprobada por el Congreso, pero incluyó vetos que, en su implementación, suponen recortes a los fondos del Ministerio de Medioambiente.

El veto de Jair Bolsonaro a la propuesta del Parlamento en este aspecto particular del presupuesto representan un recorte de alrededor de 240 millones de reales (alrededor de 43,8 millones de dólares) de la cartera de Medioambiente, según informó el medio local Folha de Sao Paulo. En el recorte se incluyen 11,6 millones de reales destinados explícitamente a trabajos de “control e inspección”.

George Soares, secretario del Presupuesto Federal en el Ministerio de Economía, afirmó, no obstante, que se podrían implementar algunos ajustes al monto que sería destinado a la cartera ambiental. En este sentido, el ministro de Medioambiente, Ricardo Salles, ya adelantó que había presentado una propuesta para complementar el presupuesto con el fin de destinar unos 270 millones de reales a “actividades de fiscalización, prevención y combate de la deforestación ilegal y los incendios forestales y de vigilancia medioambiental”. Sin embargo, la decisión tomada por el presidente brasileño ya dejó en evidencia sus contradicciones.

Las promesas de Bolsonaro

Los dos puntos que sobresalieron del discurso del mandatario del país vecino fueron, por un lado, su promesa de terminar con la deforestación ilegal en la Amazonía para el 2030, y, por el otro, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta alcanzar la neutralidad de carbono en 2050. Para lograr estos objetivos aseguró que duplicaría los recursos destinados a la fiscalización ambiental.

No obstante, su discurso fue muy criticado por asociaciones y expertos ambientalistas de Brasil, puesto que sus dichos no se condicen con sus acciones y con la actualidad ambiental del país. Durante su Gobierno, la deforestación aumentó a niveles no alcanzados desde 2008, se aumentó la explotación de áreas de reservas naturales y se debilitaron los sistemas de fiscalización.

Fuente: (RT)