Nueva Zelanda
Nueva Zelanda: el drama de un hombre que tiene que mover su casa un metro o pagar 200 mil dólares
Ninguna de las partes implicadas se hace responsable por un pequeño error de construcción.Deepak Lal, un hombre oriundo de Nueva Zelanda, vive una auténtica pesadilla. El año pasado comenzó a construir su casa en la ciudad de Auckland, pero, cuando ya casi estaba todo terminado, la construcción tuvo que parar. Sus vecinos iniciaron una demanda puesto que la casa fue construida un metro sobre su propiedad. Ahora, Lal deberá mover su vivienda un metro o pagar 227 mil dólares por daños.
“Todo esto es una pesadilla para mí. Me despierto a mitad de la noche pensando: ‘¿Cómo voy a resolver esto?’”, dijo Lal a New Zealand Herald, un diario local del país oceánico. La opción más barata, le dijeron, es mover la casa ubicada en la ciudad más importante de Nueva Zelanda. Pero aún así esta operación cuesta unos 100 mil dólares, dinero que Lal no tiene y que no le corresponde pagar. “Yo ya estoy pagando 720 dólares de hipoteca por semana por esta casa y el alquiler del otro lugar donde estoy viviendo”, contó y, pese a que quiere encontrar alguna salida a este lío, lamentó: “Todos parecen echar la culpa a otro”.

¿De quién fue el error?
La cadena de acontecimientos fue la siguiente. Lal contrató a la empresa Pinnacle Homes para que diseñe y construya su casa. Esta firma, a su vez, contrató a la compañía HQ Designs para que hiciera los planos y solicitara la aprobación de la construcción ante las autoridades locales. El Consejo de Auckland, de hecho, aprobó los planos, por lo que Lal afirma que las autoridades son las responsables máximas.
“El Consejo revisó todo y aprobó la construcción. Pero no cotejó que debía estar a un metro del límite con el vecino”, afirmó Johnny Bhatti, de la constructora. “Si movemos la casa alguien tiene que hacerse cargo de esto y no voy a ser yo, esto es entre HQ Designs y el Consejo”, comentó. Las autoridades dijeron estar notificadas sobre el asunto, pero todavía no hay ninguna respuesta concreta. Mientras tanto, el denunciante, una empresa de desarrollos inmobiliarios, afirma que cada mes que pasa los daños son mayores, puesto que no puede vender la propiedad. En el medio de todo esto, Lal y su familia continúan inmersos en una pesadilla.