Italia: un brasileño fue investigado por fraude por ganar dos premios millonarios en la lotería

Un brasileño inmigrante en Italia tuvo demasiada suerte o era parte de un fraude. Las autoridades italianas se decantaron por esto último, para investigar cómo era posible que la misma persona ganase dos premios millonarios en la lotería con 20 días de diferencia. 

El hombre de 40 años, oriundo de Brasil, llegó al país europeo hace tres años. Durante ese tiempo trabajó como albañil, pero el 4 febrero su vida dio un giro de 180 grados después de comprar un boleto ganador de la lotería en la ciudad de Módena. Al raspar el boleto, se encontró con que había ganado 1 millón de euros (1,2 millones de dólares). 20 días más tarde, en una pequeña localidad cercana a la ciudad de Verona, compró otro boleto y ganó 2 millones de euros (2,4 millones de dólares).

La investigación

La Fiscalía de Verona abrió una investigación cuando fue a cobrar el segundo premio al banco. Allí, supuestamente, el hombre bromeó con que pronto iría a buscar un tercer premio, esta vez, por 5 millones de euros. Al iniciarse la indagación, la Justicia supo que la institución que investiga crímenes financieros en Italia había advertido que el hombre había pedido que se transfieran 800 mil euros (el total del primer premio, menos impuestos) a una cuenta brasileña y que, además, había solicitado una transferencia de 80 mil euros a una cuenta italiana como “donación”.

La jueza que llevó adelante el caso, Giuliana Franciosi, y que ordenó bloquear la cuenta del brasileño alegó que era improbable que el hombre pudiera ganar dos premios tan seguidos. La Justicia sospechaba que era parte de un grupo que ya está bajo indagación y, según el diario Corriere della Sera, el brasileño habría sabido dónde se vendían los boletos ganadores. 

El hombre en cuestión afirmó que estaba acostumbrado a comprar boletos en diversos lugares porque, por su trabajo, viajaba mucho. Además, afirmó que la transferencia de 800 mil euros era para su familia en Brasil y que los 80 mil fueron destinados a una “persona muy querida” suya. Después de dos meses, la investigación se cerró: el brasileño tuvo nada más y nada menos que muchísima suerte.