Se conoció cuánto tiempo de cárcel piden para el joven que golpeó a Macron en la cara

El hombre que esta semana golpeó en el rostro al presidente de Francia, Emmanuel Macron, compareció hoy ante el juez. Durante la audiencia, la Fiscalía pidió al tribunal una pena de 18 meses de cárcel para este joven de 28 años, identificado como Damien T. Pese a este incidente, el Gobierno anunció que el mandatario no dejará de acercarse a las multitudes.

Para el representante del Ministerio Público de Valence, la ciudad donde se produjo el incidente, el golpe propiciado al jefe de Estado francés era un “acto de violencia deliberada”, y “absolutamente inadmisible”. Ante los investigadores, Damien T. dijo haber actuado “sin pensar”. "Sostiene que actuó instintivamente y sin pensar para expresar su descontento", señaló ayer el fiscal local.

El joven, quien actualmente se encuentra desempleado, señaló que simpatizaba con el movimiento de los chalecos amarillos (contrario a Macron), mientras que ideológicamente se siente representado por la derecha o la ultraderecha, aunque dice no pertenecer a ninguna agrupación política. Asimismo, afirmó tener un enorme interés por las artes marciales y por la historia medieval. Esto último explica que haya gritado una consigna monárquica al momento de golpear al mandatario, un eslogan actualmente utilizado por la ultraderecha nostálgica. También fue detenido el hombre que filmó el ataque, pero no será acusado.

Macron continuará con su gira

El presidente francés minimizó el incidente al afirmar que había sido un hecho aislado, por lo que decidió continuar con la gira que realiza por el interior del país a menos de un año de las elecciones presidenciales. Además, el vocero de la presidencia, Gabriel Attal, subrayó ayer, que Macron continuará manteniendo los contactos directos con la ciudadanía. “Sería incomprensible que se prive a los franceses del contacto con el presidente" por este hecho, señaló el portavoz en entrevista con la emisora Europe 1.

Todo el arco político de Francia, desde la izquierda, hasta la extrema derecha (incluida la principal contrincante de Macron, Marine Le Pen) repudió la agresión. Para Attal, esta postura unánime de la clase política era un “buen signo”.