INDONESIA
Un destino paradisíaco de Indonesia, bajo la lupa: polémica por la construcción de un complejo turístico
Acusaron al Gobierno de no respetar los derechos humanos de los habitantes del lugar.Extensas playas de arena blanca bordeadas de agua cristalina, una serie de palmeras y una montaña verde a lo lejos en el horizonte harían que cualquier persona piense en un lugar paradisíaco. Así es Mandalika, uno de los nuevos puntos turísticos prometedores en Indonesia, que, pese a la belleza del paisaje, quedó envuelto en serias denuncias.
También conocido como “la nueva Bali”, este destino podría convertirse en una importante fuente de ingresos para el país del sudeste asiático. Actualmente, se encuentra en marcha un proyecto para la construcción de un lujoso complejo turístico que parece no tener en cuenta a los pobladores del lugar y hasta recibió denuncias por atropellos a los derechos humanos de los habitantes.

El Gobierno de Indonesia apunta a explotar al máximo el potencial turístico del lugar, ubicado en la isla de Lombok y, para ello, intenta atraer a importantes cadenas hoteleras de lujo como Pullman, Club Med y Paramount. Incluso, el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura es una de las entidades que financian el proyecto turístico.
Quienes no están contentos con los avances del proyecto son los lugareños, que denunciaron que, en un primer momento, la propuesta de ampliar el turismo en Indonesia les generaba expectativas que se disolvieron con el tiempo.

Denuncias de Naciones Unidas
La ONU (Organización de las Naciones Unidas) denunció que el proyecto turístico impulsado por las autoridades de Indonesia “pisotea los derechos humanos” de quienes viven en Mandalika. Según señaló el organismo internacional, los habitantes de la zona han sido víctimas de amenazas e intimidaciones para abandonar sus tierras sin ningún tipo de compensación a cambio.
Como muchos de los lugareños, no poseen documentación que acredite que son los dueños de las tierras en las que viven y no tienen forma legal de impugnar las decenas de órdenes de desalojo que fueron emitidas en su contra. Muchos de ellos fueron reubicados en otro asentamiento casi sin participar de las decisiones.

Tanto el Gobierno de Indonesia como las empresas acusadas negaron su responsabilidad sobre la situación y no admitieron que exista conflicto alguno en relación con las tierras. De todos modos, desde Naciones Unidas sostuvieron la denuncia y podrían iniciar un proceso de intervención.