ISLA DE PASCUA

Cada vez salva más vidas: cómo descubrieron una asombrosa medicina encontrada en la Isla de Pascua

El hallazgo de un científico que marcó un antes y un después en el tratamiento de enfermedades.
sábado, 12 de junio de 2021 · 22:22

El microbiólogo Georges Nógrády, fue uno de los 40 médicos y científicos que notaron un detalle que, para muchos, pasó desapercibido durante años: los habitantes nativos de la Isla de Pascua no sufren de la enfermedad del tétano. Hace más de 50 años observó este dato durante una expedición, y decidió tomar muestras del suelo para analizarlas, para intentar encontrarle una explicación a este extraño fenómeno.

Uno de los aspectos que más llamó la atención de este científico fue, que los habitantes de la isla, también conocida como Rapanui, se encontraban permanentemente descalzos sobre una tierra plagada de caballos, lo que genera todas las condiciones para infectarse con esta enfermedad.

Durante su investigación, Nógrády sólo encontró esporas de tétano en una de las muestras tomadas en el territorio de la Isla de Pascua. Sin embargo, los frascos con restos de suelo no fueron descartados y, en 1969, llegaron hasta los laboratorios de los científicos de la firma farmacéutica Ayerst. Allí, la historia cambió.

Sehgal enfermó de cáncer y falleció en 2003.

 

Un compuesto de doble filo

En el laboratorio Ayerst, en Canadá, lograron aislar los microorganismos presentes en las muestras, dejaron que se reprodujeran y luego analizaron las sustancias que producían. Entre ellas, se destacó un compuesto que fue denominado rapamicina, en honor al nombre que los habitantes originarios le dieron a la Isla de Pascua.

La sustancia mostraba excelentes resultados en la inhibición del crecimiento de hongos, pero también mostraba un problema: funcionaba como inmunodepresor, por lo que restaba defensas luego de su utilización.

El gran descubrimiento fueron sus propiedades para impedir la multiplicación de las células, por lo que Suren Sehgal, uno de los científicos que trabajaba en el laboratorio, comenzó a estudiar los beneficios de este compuesto para el tratamiento de personas con cáncer. Sin embargo, en 1982, Ayerst suspendió la investigación y cerró su laboratorio abruptamente, porque el fármaco en pleno descubrimiento, no prometía un futuro lucrativo.

Actualmente, los estudios se realizan gracias a los lotes de muestras que guardó Sehgal en 1982.

 

Un hombre comprometido

Antes de retirarse de las instalaciones del laboratorio, Sehgal se llevó un lote de muestras que guardó en la heladera de su casa durante cinco años, hasta que consiguió apoyo para probar la rapamicina originada en la Isla de Pascua.

Tras varios estudios clínicos exitosos, en 1999 se aprobó el inmunodepresor que pudo crear este científico. Hoy se conoce bajo el nombre de Rapamune, y le ha generado millonarias ganancias a laboratorios como Pfizer. Sus usos se han multiplicado en el tratamiento del cáncer, además de otras enfermedades, y actualmente se estudia su potencial para aminorar las consecuencias de la vejez.