Caos en Haití: se desata la violencia en las calles previo al entierro del presidente Jovenel Moise

A dos semanas del asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moise, la conmoción no pasó y los ciudadanos y ciudadanas de la isla caribeña se expresaron en las calles.

Al respecto, el miércoles comenzó el funeral del difunto mandatario y, a partir de ese momento, se desató una ola de violencia entre los manifestantes, con bloqueos en los caminos de dicho país.

Según informó la agencia de noticias Associated Press (AP), cientos de trabajadores y trabajadoras marcharon entre Quartier-Morin y Cap-Haitien, la ciudad donde se llevan a cabo ceremonias en homenaje a Moise.

Asimismo, el principal reclamo, entre humo por los neumáticos quemados, fue por “justicia” para el jefe de Estado asesinado. Sin embargo, las personas acusaron a los agentes de la policía de alejarlos del lugar.

La primera dama, de pie

Luego de volver de manera repentina a Haití, la primera dama, Martine Moise, apareció por primera vez públicamente. Antes, estuvo internada en un hospital de Miami donde fue atendida de sus heridas en el ataque que terminó con la vida de su esposo.

De esta manera, rindió homenaje a Jovenel Moise junto con funcionarios de su Gobierno en el Museo del Panteón Nacional. Además, no aceptó el dinero público para realizar el funeral.

Afortunadamente, la capital de Haití permaneció en calma en comparación con los hechos narrados en el norte del país. A su vez, durante el jueves será el velatorio y el viernes se realizará, por pedido de la familia, el entierro en Cap-Haitien, la ciudad donde hubo hechos de violencia.

Por otro lado, Ariel Henry juró como el nuevo primer ministro de la nación latinoamericana con el compromiso de formar un gobierno interino hasta restablecer el orden democrático por vía de las elecciones.

Finalmente, el jefe de la Policía haitiana, León Charles, ya detuvieron a 26 sospechosos del crimen y 18 de ellos son militares retirados del Ejército de Colombia. De todas formas, la investigación sigue su curso y Martine Moise pidió al pueblo de su país no dejar morir las ideas de su marido.