JAPÓN

Los atletas que cortaron sus medallas por amistad: la historia poco conocida de los Juegos Olímpicos

El hecho dejó un precedente inédito en el desarrollo de los eventos deportivos.
sábado, 31 de julio de 2021 · 13:15

Ganar una medalla de los Juegos Olímpicos es una de las ambiciones más grandes que puede tener cualquier atleta profesional, ya que con este objetivo trabajan diariamente durante años. Sin embargo, existe una historia en la cual dos deportistas decidieron dejar de lado sus ambiciones competitivas y abogaron por un objetivo mucho mayor que el reconocimiento a la excelencia deportiva: la amistad.

Corría el año 1936, cuando los atletas japoneses Sueo Oe y Shuhei Nishida lograron llegar a la etapa final del salto con pértiga masculino de las Olimpíadas, que en aquella oportunidad se celebraban en Berlín. Cuatro atletas, dos estadounidenses y dos del Imperio de Japón competían por la medalla de oro del segmento deportivo.

Los Juegos Olímpicos de Berlín se realizaron durante el Gobierno de Adolfo Hitler.

El experto saltador con pértiga estadounidense Earle Meadow realizó una asombrosa ejecución y logró un poderoso salto de 4,35 metros. El oro ya estaba garantizado para los norteamericanos y quedaban por debatirse los dos lugares restantes. Así, llegó el momento en que Bill Sefton, Sueo Oe y Shuhei Nishida debían competir por la plata y el bronce de los Juegos Olímpicos.

Sefton no logró pasar el listón durante el salto, mientras los competidores japoneses sí, lo que le garantizó a la nación del emperador Hirohito las dos medallas restantes. Para determinar el segundo y tercer lugar, ambos atletas debían enfrentarse entre sí en una nueva competencia. No obstante, el jurado de los Juegos Olímpicos no contaba con que ambos, además de ser grandes atletas, eran buenos amigos.

De esta manera, llegó el momento en que los dos deportistas debían enfrentarse. Mientras autoridades impacientes exigían el inicio del desempate, ambos atletas conversaban. Finalmente decidieron anunciar al comité su decisión de no competir y quedar empatados en el certamen, un hecho que jamás había ocurrido.

Sueo Oe y Shuhei Nishida fueron amigos hasta que el primero murió durante la Batalla de Wake, el 24 de diciembre de 1941.

 

El desempate que no existió y la creación de las medallas de la amistad

Las autoridades de los Juegos Olímpicos no consintieron esta decisión y, aunque no les obligaron a desempatar, exigieron al comité olímpico del Imperio de Japón decidir a quién se le daría el segundo lugar y a quién el tercero.

Tras una larga deliberación, ambos amigos decidieron que Nishida se quedara con el galardón plateado mientras que Oe recibiría el broncíneo. El debate les dejó descontentos, ya que ambos habían logrado saltar a una altura de 4,25 metros.

Al regresar a Japón, los amigos idearon un plan que daría una lección histórica a los organizadores y participantes de los Juegos Olímpicos. Ambos llevaron sus medallas a un joyero que las cortó por la mitad y que luego unió las dos partes para crear dos medallones mitad plata, mitad bronce para cada uno de ellos. Desde aquel entonces, estos galardones se conocieron como “Las medallas de la amistad”, un símbolo que demuestra que esta es más importante que un lugar en el podio de los ganadores.

La medalla de la amistad se exhibe en el Comité Olímpico de Japón.