CHILE

"Estamos bien en el refugio los 33": el día que unos mineros de Chile paralizaron al mundo

Los trabajadores permanecieron durante meses a cientos de kilómetros de profundidad.
jueves, 5 de agosto de 2021 · 14:20

El 5 de agosto de 2010, un grupo de trabajadores de la empresa San Esteban Primera S.A. que desempeñaban labores en la mina de San José, a una profundidad de 720 kilómetros de la superficie de la tierra, fueron sorprendidos por un derrumbe y quedaron atrapados en el interior de la cavidad. 11 años después, son conocidos como los mineros de Chile.

Alrededor de las 14:30 horas (hora local de la ciudad de Copiapó) se registró un deslizamiento de tierra en el interior de la mina del cerro San José. La voz de alarma no se hizo esperar y los cientos de trabajadores de la excavación que cumplían labores de extracción del bronce en la fosa perforada escaparon velozmente del colapso.

Luego de socorrer a los heridos por los escombros del derrumbe, se procedió a la revisión del personal. Los que se conocían se identificaban; de a poco empezaron a no estar algunos; entre rumores, surgieron los primeros nombres, uno a uno se fueron sumando hasta confirmar la noticia de que no estaban 34, luego se supo que uno había sido incluido erróneamente, en total faltaban 33.

La mina está actualmente clausurada.

 

Una alarma tardía y el Campamento Esperanza

A pesar de que a las 14:30 horas ya se sabía del derrumbe y de su magnitud, la empresa San Estaban Primera S.A., propietaria del yacimiento, informó el hecho a las 22 horas. Apenas se propagó la noticia, los familiares de todos los trabajadores se aproximaron al lugar para buscar nuevas de los suyos.

El tercer comandante de Bomberos de Copiapó, Álvaro Urrutia, lideró la primera operación, pero al comprenderse la magnitud del desastre, y al extenderse la noticia por todo Chile, el liderazgo se le cedió a la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior.

Para el 7 de agosto, los ingenieros habían logrado instalar un conducto de ventilación que les permitió corroborar que los 33 mineros estaban vivos. Sin embargo, horas después la zona penetrada por la chimenea colapso, lo que provocó un segundo derrumbe.

Cuando el ministro de Minería, Laurence Golborne informó de este segundo derrumbe, además de las familias de los 33 trabajadores desaparecidos había una gran cantidad de medios de comunicación de Chile y de mundo. Ese día, el mundo se solidarizó con los mineros de Atacama y el pequeño refugio de vigilancia que los seres queridos fundaron en las colinas del cerro San José se convirtió en el Campamento Esperanza.

En el Campamento Esperanza se instalaron altares religiosos con santos y fotografías de los mineros atrapados.

 

Estamos bien los 33: el mensaje que le dio la vuelta al mundo

Tras el segundo colapso, el Gobierno de Sebastián Piñera consideró infructuosa la labor de continuar el rescate, pero gracias a la presión de los familiares y a la cobertura en caliente de los medios de comunicación de todo el mundo, la administración de Chile revirtió su decisión y designó al ingeniero André Sougarret para liderar un nuevo intento de rescate.

Con pocas esperanzas de encontrar a sus familiares vivos, 15 días después del segundo derrumbe y fin de todo contacto, una sonda consiguió “romper fondo” a 688 metros de profundidad. Al extraer el pico de la sonda, esta salió cubierta de una extraña mancha de pintura roja, como si alguien la hubiese pintado desde debajo del montón de rocas. Un nuevo intento y esta vez la sonda traía una pequeña hoja.

A las 15:17 horas, del domingo 22 de agosto, el presidente Sebastián Piñera convocó a una conferencia de prensa y mostró una nota que decía: Estamos bien en el refugio los 33.  

Los mineros fueron hallados en extrema desnutrición, pese a que lograron racionar los pocos alimentos que tenían.

 

La Operación San Lorenzo

Mientras los mineros eran alimentados por el nuevo conducto de comunicación, el Gobierno, presionado mediáticamente, comenzó a idear un plan para extraerlos de la mina de bronce con vida: así nació la Operación San Lorenzo.

San Lorenzo, patrono católico de los trabajadores de las minas, el 10 de septiembre, la operación consistía en perforar con una sonda Scharmm T.130 (utilizada comúnmente para acceder a pozos de agua profundos) hasta llegar a una zona cercana a al sitio donde estaban los atrapados conocida como “el taller”. A través de este orificio se insertaría una cápsula creada por la NASA y en ella se extraería sanos y salvo los 33 mineros de Chile.

A las 00:10 horas del 13 de octubre de 2010 Florencio Ávalos fue extraído de la mina, una hora y diez minutos después salió Mario Sepúlveda, en un plazo similar salió Juan Illanes, luego Carlos Mamani, Jimmy Sánchez, Osmán Araya, José Ojeda, Claudio Yáñez, Mario Gómez, Álex Vega, Jorge Galleguillos, Edison Peña, Carlos Barrios, Víctor Zamora, Víctor Segovia, Daniel Herrera, Omar Reygadas, Esteban Rojas, Pablo Rojas, Darío Segovia, Jhonny Barrios, Samuel Ávalos, Carlos Bugueño, José Enríquez, Renán Ávalos, Claudio Acuña, Franklin Lobos, Martín Petri, Juan Carlos Aguilar, Raúl Bustos, Pedro Cortez, Ariel Ticona y, finalmente, a las 21:56 horas salió Luis Urzúa, la persona que ha pasado más tiempo atrapada en una mina.

Una infografía sobre la cápsula de rescate Fénix.

 

La noticia le da la vuelta al mundo

La noticia sobre los mineros de Chile acaparó las portadas y titulares de la prensa internacional durante más de dos meses. Los 33, como se les conoce actualmente, vivieron episodios de fama mundial y, en parte, a esta le deben su vida.

En entrevistas recientes, los supervivientes han denunciado la falta de compromiso del Gobierno de Chile y de entes nacionales y privados que les prometieron subsidios, garantías e indemnizaciones por los daños ocasionados. Algunos aún se recuperan de los efectos psicológicos de haber permanecido encerrados durante más de dos meses al borde de la muerte en una mina oscura a más de 600 kilómetros de profundidad, y de la fama repentina ganada a raíz de la masiva cobertura mediática.