ESTADOS UNIDOS

La dramática historia del primer avión que se estrelló contra las Torres Gemelas el 11 de septiembre

Los terroristas prometían volver a tierra mientras se dirigían a Nueva York.
sábado, 11 de septiembre de 2021 · 16:25

08:46 horas del 11 de septiembre de 2001. La ciudad de Nueva York ya ha despertado y miles de personas circulan por las congestionadas calles del Bajo Manhattan. Hombres vestidos de traje y mujeres con atuendos ejecutivos ingresan en las imponentes Torres Gemelas, nombre vulgar con el que se conoce al World Trade Center (en español, Centro Mundial de Comercio).

Un sonido potente llama la atención en el cielo. Se escucha como si el viento fuera movido por un inmenso motor. Algunos transeúntes miran arriba, contemplan maravillados la estructura de 110 pisos. La Torre Norte se alza 417 metros hacia el cielo, mientras que la Torre Sur tiene 415 metros de altura. En ambas opera la economía global. Cientos de empresas y firmas de todo el mundo tienen sus sedes en los grandes edificios neoyorquinos. Nadie esperaba que ese día radiante se fuera a cometer uno de los atentados terroristas más grandes de la historia.

El ruido, cada vez más ensordecedor, provenía del vuelo 11 de American Airlines, que había partido minutos antes desde Boston, Massachusetts, con destino a Los Ángeles. Desde hacía aproximadamente 15 minutos, los controladores de tráfico aéreo intentaban establecer comunicaciones con la nave, pero nadie contestaba.

Las Torres Gemelas eran una popular atracción turística y representaban el poderío económico de Nueva York.

Una oficina de American Airlines recibe dos llamadas antes de las 8:40 horas. Dos auxiliares de vuelo, tripulantes del Boeing 767-223ER, que partió a las 7:59 h de Boston informan que el avión ha sido tomado por secuestradores. En medio de la confusión, se escuchan gritos y llantos de desesperación. Las llamadas se cuelgan mientras se escucha por la bocina del avión que “todo estará bien, solo si se sientan y permanecen en silencio”.

Es un día radiante de verano, el sol del otoño se acerca a la ciudad de Nueva York y se refleja en los enormes cristales de las Torres Gemelas. Los neoyorquinos se despiden de la temporada estival, mientras cientos de niños comienzan las clases. El presidente George W. Bush se encuentra en Sarasota, Florida, en una visita a una escuela primaria, donde relata cuentos a los niños, sin sospechar que pronto un agente del Servicio Secreto interrumpirá su conferencia y le dirá al oído una frase que cambiaría su rostro y que daría a entender al mundo que el destino de su Gobierno y el de la nación estadounidense acababan de cambiar por completo.

El presidente Bush fue extraído inmediatamente y llevado a un búnker de seguridad.

 

Mohammed Atta, el terrorista que piloteó el avión

A las 5:40 de la mañana del 11 de septiembre de 2001, dos sujetos, uno de ellos con camisa azul y pantalón de vestir negro, ingresa en el Jetport Internacional de Portland, en el estado de Maine. Este hombre abordará el vuelo 5930 de Colgan Air con destino a Boston, donde tomará otro avión, rumbo a Los Ángeles.

Tres hombres más llegan al aeropuerto Logan de Boston cerca de las 6:45 horas, dejan un vehículo alquilado en el estacionamiento y entran a la terminal. El hombre de camisa azul, que será identificado como Mohammed Atta, ya ha llegado a la ciudad y espera abordar el vuelo 11 de American Airlines.

A las 6:52 h, el hombre de camisa azul recibe una llamada desde la misma estación aeroportuaria. Hablan en un dialecto difícil de identificar, podría ser egipcio, pastún o algún idioma local del Medio Oriente. Atta es ingeniero y desde hacía meses recibía clases de vuelo.

En la imagen puede verse a Atta al ingresar en el aeropuerto de Portland.

A las 7:11 horas los cinco hombres se encontraban en el interior del vuelo 11 de American Airlines. Mohammed Atta se sentó en el asiento 8D de clase ejecutiva; a su lado está Abdulaziz al-Omari, en el asiento 8G; Satam al-Suqami ocupa el 10B. Mientras tanto, en primera clase, los hermanos Waleed al-Shehri y Wail al-Shehri se ubican en los asientos 2B y 2A, respectivamente. 

Cuando se encienden las turbinas del poderoso Boeing, los cinco hombres podrían haber comenzado a recitar internamente oraciones. Ese día se convertirían en mártires de la yihad, la guerra santa que el Islam sostiene contra Occidente en nombre de Alá. A las 7:59, el vuelo 11 avanza por la pista del acceso 26 y despega con éxito del aeropuerto Logan, de Boston con destino a Los Ángeles.

Los extremistas islámicos consideran que Occidente busca pervertir su cultura y Al Qaeda era considerado como un ejército de mártires.

 

El secuestro y la falsa promesa de volver a tierra

Según la Comisión Nacional sobre los Ataques Terroristas a los Estados Unidos, cerca de las 8:13 horas del 11 de septiembre los cinco hombres de Al Qaeda que iban en el vuelo 11 de American Airlines se levantaron de sus asientos. La última respuesta que recibió la torre de control fue a las 8:13:29, cuarenta segundos después no hubo más signos del Boeing 767-223ER.

La forma en la que los terroristas tomaron el avión, aún no ha sido aclarada. Se sabe que entre las 8:14 y las 8:19 horas, cinco personas fueron asesinadas por Atta y Al-Omari, entre ellos, el piloto John Ogonowski, el primer oficial Thomas McGuinness, dos asistentes de vuelo (probablemente Karen Martin y Barbara Arestegui) y el pasajero israelí Daniel Lewin, que sirvió durante cuatro años en Sayeret Matkal del ejército israelí. Se dice que Lewin fue degollado con una navaja por Satam al-Suqami por tratar de evitar que los terroristas llegaran a la cabina.

Algunos pasajeros lograron llamar a sus familiares antes del desastre.

“Mi nombre es Betty Ong. Estoy en el vuelo 11. Nuestro número 1 fue apuñalado. Nuestro auxiliar está apuñalado. Nadie sabe quién apuñaló a quién, y tampoco podemos levantarnos e ir hacia la clase ejecutiva en este momento porque nadie puede respirar. Y no podemos entrar en la cabina de vuelo, la puerta no se abre”, fue la escueta conversación que Ong tuvo con la línea de emergencia de American Airlines.

A las 8:23 Atta intentó calmar a los pasajeros y realizó un anuncio desde el control de la nave; por error su mensaje fue transmitido al control de tráfico aéreo, que escuchó en forma atónita una voz que decía “permanezcan en silencio, estamos regresando al aeropuerto, todo va bien”.

El Comando de Defensa Aéreo Norteamericano (NORAD) se entera del ataque y quiere enviar aviones F-15 a derribar, de ser necesario, el avión comercial. Sin embargo, la orden tarda demasiado y los cazas despegan a las 8:53, cuando lo peor ya había pasado.

La ruta del vuelo 11 desde Boston hacia la Torre Norte del World Trade Center en Nueva York.

 

El impacto que sorprendió al mundo

A las 08:46 de la mañana del martes 11 de septiembre de 2001, los trabajadores de la Torre Norte del World Trade Center de Nueva York escuchan un ruido ensordecedor acercarse hacia ellos. Probablemente una vibración acompañaba al poderoso ruido de las turbinas del vuelo 11 de American Airlines. La impactante imagen de un avión que venía de frente pudo haber sido vista por los trabajadores de los pisos 93 al 99.

Testigos reportan que un gran avión vuela a baja altitud sobre Manhattan. Pareciera haber perdido altura producto de alguna falla técnica, tal vez el piloto habría sufrido una descompensación. Era extraño ver una nave a esa altura con las compuertas de aterrizaje completamente cerradas y a tal velocidad. De pronto, el avión se estabiliza y vuela durante un breve trayecto de forma recta y al mismo nivel.

A las 08:46:30 de la mañana del martes de 11 de septiembre de 2001, el vuelo 11 de American Airlines se estrelló finalmente contra la Torre Norte del World Trade Center de Nueva York, y una enorme bola de fuego atravesó por completo el imponente edificio. Una lluvia de escombros, hierros y vidrio se desparrama por el aire y cae al suelo. Cientos de personas murieron instantáneamente. El humo y el fuego se incrementan desde una de las Torres Gemelas y sube al cielo una densa humareda negra.

En la cima de la Torre Norte operaba un restaurante lujoso.

Ante los ojos del público, parece ser un accidente. Nunca nada igual había pasado en la historia. Los medios de comunicación comienzan a cubrir el estrepitoso accidente de lo que parece ser un avión que colisionó con una de las torres del World Trace Center en Nueva York. Las llamadas inundan los departamentos de emergencia y de bomberos de la Gran Ciudad.

Un segundo avión sorprendió a los medios de comunicación de todo el mundo.

Mientras el mundo contempla atónita la escena del desastre y miles de personas huyen despavoridas del edificio afectado, otro avión de similares características se avecina a la escena del terror. Pero su destino pareciera ser la torre vecina. En ese momento, las teorías sobre un accidente se desplomaron. Estados Unidos estaba bajo ataque y el vuelo 11 de American Airlines había sido apenas la punta de lanza de un conjunto de atentados masivos que, en apenas horas, acabó con la vida de casi tres mil personas.