DINAMARCA

Indignación por la matanza de más de 1.400 delfines en una popular celebración de las Islas Feroe

La población local está horrorizada por el resultado catastrófico de la festividad.
miércoles, 15 de septiembre de 2021 · 14:16

Como cada año, los habitantes de las Islas Feroe, un territorio autónomo de Dinamarca, celebran el tradicional “grindadráp”, una cacería masiva de ballenas y delfines que desde hace siglos se practica en el lugar.

A pesar de que esta “tradición” cuenta con respaldo legal, tantos los habitantes de las islas danesas como la comunidad internacional se mostraron indignados tras la matanza desproporcionada de cetáceos que se llevó a cabo esta semana.

“Cuando se encontró la manada, estimaron que solo había 200 delfines”, relató Olavur Sjurdarberg, presidente de la Asociación de Balleneros de las Islas Feroe a la agencia británica BBC. Sin embargo, al hacer los cálculos finales se reveló que estaba conformada por cerca de 1.400. Todos fueron asesinados.

El récord anterior, logrado en 1940, fue de 1.200 delfines.

“Fue un gran error. Alguien tendría que haberse dado cuenta”, dijo Sjurdarberg que no participó en la cacería de este año y consideró a la matanza como “excesiva”. “La mayoría de la gente está en shock por lo que pasó”.

 

Nunca se había matado a tantos delfines

El Gobierno de las Islas Feroe dijo que en promedio se capturan unas 600 ballenas piloto por año; en cambio los delfines blancos son cazados en cantidades más bajas. En 2020 se sacrificaron 35 especímenes, mientras que en 2019 la cifra fue de diez.

Los activistas por los derechos de los animales consideraron “innecesarias” y “crueles” esta tradiciones locales, mientras los cazadores de ballenas y delfines aseguraron que “es una forma sostenible de recolectar alimentos de la naturaleza, además de ser un importante componente cultural.

Aunque los practicantes de la tradición aseguran que la muerte de los animales es rápida, activistas denuncian que esta ocurre ante la mirada de otras criaturas.

Medios locales calificaron la reacción de los habitantes de la isla como de “desconcierto y conmoción” debido al número extraordinariamente grande de delfines asesinados, y algunas personas afirmaron que, aunque la práctica es legal, no cuenta con popularidad entre los locales.