Cerca de la mitad de los embarazos en el mundo son involuntarios o no deseados, según la ONU
La agencia encargada de promover el cuidado de la salud reproductiva calificó la situación como una “crisis invisible”.El Fondo de Población de Naciones Unidas (ONU) alertó hoy sobre un incremento alarmante en el índice de embarazos accidentales o involuntarios que se reportan anualmente en el planeta.
Según datos de esta agencia de la ONU, encargada de promover el cuidado de la salud reproductiva, se estima que de los más de 280 millones de embarazos que se reportan cada año en el planeta, hay 121 millones que corresponde a casos de gestación no deseada o involuntaria.
Cerca de la mitad de los embarazos que se reportan anualmente en el mundo son accidentales o involuntarios.
Además, señalan que al menos el 60% de estos casos de embarazos no planificados terminan en abortos, muchos de ellos practicados de forma clandestina. “Entre el 5 y el 13 por ciento de las mujeres que recurren a prácticas abortivas no autorizadas fallecen luego del procedimiento”, reveló la ONU.
Embarazos no deseados: un flagelo silencioso en Latinoamérica
Esta alarmante situación, calificada por la ONU como una “crisis silenciosa”, ha repuntado de forma abismal dentro de las poblaciones juveniles; es decir, en mujeres de entre 19 y 25 años; jóvenes y adolescentes de entre 15 y 18 años; y niñas menores de 15 años.
América Latina acumula la segunda tasa de embarazos no deseados o involuntarios más alta del planeta, con casi 20 millones de casos al año. “La gestación no planificada se incrementa mucho más en países no desarrollados y de ingresos bajos y medianos”, según la Organización Panamericana de la Salud OPS.
Ante esta alza en los datos globales, la ONU recomendó reforzar las políticas sanitarias de los países respecto al tema de la salud reproductiva de las mujeres e instan a los Gobiernos a “invertir en estrategias comunicacionales y educativas” que promuevan el uso de anticonceptivos.
Para el Fondo de Población de la ONU, el incremento del flagelo mundial podría revertirse si se refuerzan los criterios educativos en cuanto a la salud reproductiva y se eliminan los estigmas sociales respecto al uso y distribución de anticonceptivos.