ESTADOS UNIDOS

El caso que conmueve a Estados Unidos: pasó 32 años preso por un crimen que no cometió

El hombre fue arrestado en 1990 y condenado por las declaraciones de un testigo falso.
miércoles, 20 de abril de 2022 · 11:49

Joaquín Ciria tiene 61 años y ha pasado más de la mitad de su vida en una prisión de Estados Unidos. Su condena fue injusta, ya que se confirmó que no participó del crimen por el que fue sentenciado hace 32 años.

El hombre de origen cubano vivía en California, Estados Unidos, cuando en 1990 fue acusado de asesinar con arma de fuego a otra persona. Su condena en la nación norteamericana fue por el testimonio de una persona que mintió en el estrado, sumado a la mala acción policial.

Ciria volverá con su familia luego de 32 años en prisión.

La fiscal de distrito de San Francisco, Chesa Boudin, desestimó el caso contra Ciria luego de que un juez anuló la sentencia tras comprobarse que no cometió el crimen. Su liberación se llevará a cabo próximamente y se trata de la primera exoneración impulsada por la Comisión de Inocencia de Estados Unidos.

Hace 32 años te separaron de tu esposa y tu bebé, y eso se debe a que el sistema te falló catastróficamente.

La familia de Joaquín celebró el fallo que les permite reencontrarse con él.

Lara Bazelon, presidenta de la Comisión de Inocencia, explicó que la entidad fue abierta en 2020 para revisar posibles casos de condena injusta en el país. “Ahora por fin él tendrá la oportunidad de recuperar su vida”, reiteró.

La investigación de este caso, por parte de la comisión, llevó 18 meses y se localizó prueba y nuevos testigos, además de comprobar la gran cantidad de errores por parte de las autoridades policiales. La forma en la que se manejó el caso no fue la correcta y fue cuestionada por la justicia debido a la existencia de coerción policial.

La liberación marca un importante paso en la justicia de San Francisco.

 

El caso por el que fue condenado

Joaquín Ciria fue declarado culpable de asesinato en primer grado y fue sentenciado a cadena perpetua por la muerte de Félix Bastarrica, quien recibió un disparo en la cabeza después de una discusión en una calle de San Francisco.

Pese al paso del tiempo en la cárcel, Ciria siempre mantuvo su inocencia.

“No hubo ADN, ni huellas dactilares, ni se recuperó nunca el arma homicida”, explicó Lara Bazelon. Ciria defendió siempre su inocencia y, aunque tenía dos testigos de que estaba en su casa al momento del crimen, no fueron llamados a declarar por parte de su defensa.