Pedro Castillo presentó una propuesta para redactar una nueva Constitución

El presidente de Perú, Pedro Castillo, avanza en su intención de reformar la Constitución y necesita el apoyo de los parlamentarios, pero ya recibió el rechazo de la jefa del Congreso, María del Carmen Alva, que se opone y objetó la iniciativa.

El proyecto de ley del mandatario consiste en que, durante las próximas elecciones municipales y regionales, que se llevarán a cabo el 2 de octubre, se pregunte a la población si aprueba una convocatoria para iniciar una Asamblea Constituyente. Pedro Castillo quiere hacer cambios con los que los jefes de Estado obtengan más garantías en el puesto.

En la iniciativa de Pedro Castillo se incluirá una cláusula en la que se preguntará a los peruanos si aprueban la Asamblea Constituyente que se encargaría de redactar la nueva Constitución. La propuesta tiene varios obstáculos, especialmente porque la actual carta magna aclara que no está permitido realizar un nuevo llamado para hacer reformas.

Para enfrentar esta dificultad, el presidente pide que se contemple una reforma previa que incluya un artículo para activar los mecanismos que forjen el camino para convocar a la Asamblea Constituyente. Vale señalar que las propuestas caerían en saco roto, ya que el líder peruano no cuenta con mayoría en el Congreso.

El texto que el Gobierno busca añadir explica que la elaboración y aprobación de la nueva Constitución estaría a cargo de un grupo votado por la población y el texto final sería sometido a un referéndum popular que lo ratificaría o lo rechazaría.

El rechazo anunciado

Pedro Castillo envió el documento a manos de su jefe de Gabinete, Aníbal Torres, con carácter de urgencia, lo que significa que debe ser abordado lo antes posible. La presidenta del Parlamento no solo se opuso, sino que aseguró que la intención real es cerrar la Cámara, a fin de dar un golpe de Estado.  

Alva es parte del partido opositor Acción Popular y dijo que su única intención, con la objeción, es evitar que Perú se convierta en una nación con total control del Ejecutivo, como ocurre con Cuba o con Venezuela.