Uruguay
Uruguay quiere construir una isla artificial con espacios públicos y grandes residenciales
El Gobierno ya avaló el inicio de uno de los proyectos más ambiciosos de su gestión.El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, dio el banderillazo de salida para el proyecto “MVD 360”, de la empresa Jirkel S.A. que haría posible la construcción de una isla artificial frente a la rambla de Montevideo.
La ambiciosa apuesta del país sudamericano consta de un puerto deportivo, varios emprendimientos inmobiliarios y zonas para el esparcimiento y recreación del público. Esta superficie tendría 36 hectáreas de terreno sobre la franja costera ubicada a 450 metros de la costa de Uruguay.
Ignacio Muñoz, integrante del grupo impulsor del proyecto, explicó que se utilizaría una fracción del álveo del Río de la Plata, frente a Punta Gorda. El espacio se ganaría a través del relleno del terreno y se dispondría de un puerto deportivo para 300 amarras, además de servicios de comida, varada para embarcaciones y para deportes náuticos, lo que potenciaría este deporte en Uruguay.
La isla artificial tendrá espacios abiertos para todos los residentes, sin dejar de lado 36 lotes privados, con inmuebles modernos y que, sin duda, atraerán inquilinos rápidamente. La construcción será en etapas, e inicialmente implica la ampliación de 2.7 kilómetros de la rambla.
La inversión es muy alta para la nación vecina, se trata de 2.300 millones de dólares que se desembolsarán en los próximos diez años. La primera fase de emplazamiento del terreno, la construcción del puente y la infraestructura serán obras a desarrollar en cuatro años con una inversión inicial de 250 millones de dólares.
El proyecto no es fácil de llevar a cabo
Los desarrolladores buscan ocupar una zona de roca, ubicada a 300 metros de la costa, y que actuaría como prolongación de la calle 6 de abril. Posteriormente será el desarrollo inmobiliario, que va requerir mucha modernidad y disposición por tratarse de algo nunca antes visto en Uruguay.
Antes de que todo comience, la Intendencia de Montevideo y la Junta Departamental deben aprobar un código urbanístico que permita llevar a cabo el emprendimiento, que podría significar un gran impulso para la economía local y fuente de recaudación para el Estado.