Una investigación asegura que Pedro Castillo vulneró protocolos al contratar familiares y amigos

El Comercio publicó una investigación sobre el presidente de Perú, Pedro Castillo, y asegura que en su administración varios militantes de Perú Libre, el partido que lo llevó al poder, se vieron beneficiados. El mandatario también les dio trabajo a miembros de diferentes organizaciones de izquierda y a muchos familiares.

En el Palacio de Gobierno se registraron despidos y contrataciones durante el último año, muchos de ellos amigos cercanos del presidente. La publicación pone de ejemplo el caso de Manuel Rafael, quien vive en la residencia presidencial y su trabajo consiste en abrir la puerta número seis de las instalaciones para que ingresen los visitantes personales de Pedro Castillo, lo que vulnera los controles militares y policiales.

Mientras tanto, la familia de Pedro Castillo hizo que un ayudante de cocina del Palacio fuera despedido para que Rafael tomara su puesto, quien anteriormente no había trabajado en la residencia. Las ordenes de servicio desde octubre del año pasado son muy costosas, según los registros.

A inicios de este año, Rafael fue nuevamente contratado por el despacho, para apoyar el servicio de control de almacén del área de servicios generales, lo que le permite cobrar un tercer sueldo. En abril, volvió a ser contratado para laborar en el almacén y es un asiduo visitante de la Casa de Sarratea.

El Comercio descubrió además la contratación de Susy Díaz Huamán, amiga de Yenifer Paredes, quien también vivía en el Palacio de Gobierno. La mujer compartía habitación con la cuñada del mandatario, quien la invitó para que le ayude con la redacción de su tesis universitaria.

Más contrataciones polémicas  

Florlisa Herrera Herrera, originaria de Tacabamba y amiga de la familia, y Segundo Llanos Guevara, quien en julio del año pasado estuvo en el equipo de transferencias de cargos del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riesgo, también fueron contratados en Palacio de Gobierno por orden de la familia Castillo.

Herrera fue designada como asistente de cocina de la residencia, lo que requirió el despido de un ayudante que tenía muchos años en el Palacio. El esposo de la mujer también fue parte de un proceso de licitación.