AFGANISTÁN
Un año con los talibanes: Afganistán hundido en la miseria y sin derechos para las mujeres
La pobreza creció drásticamente y muchas personas se han visto obligadas a abandonar el territorio.
La economía de Afganistán se vio duramente afectada con el regreso de los talibanes al poder, después de dos décadas de la ocupación que lideró Estados Unidos y que permitió la restitución de derechos, además de la presencia de diferentes organizaciones de derechos humanos.
Los talibanes han llevado al colapso financiero del país y también a la eliminación de derechos, especialmente para las mujeres, que ahora ven frustradas sus posibilidades de estudiar, de trabajar y de circular libremente por las calles de Afganistán.
La reinstauración del Ministerio de la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio terminó con la libre elección de las mujeres y profundizó la crisis humanitaria. El gobierno talibán en Afganistán no cuenta con el respaldo de la comunidad internacional y no cumplió con las promesas de desarrollo y respeto que juraron al momento de su asunción.
El 15 de agosto de 2021 se convirtió en un día trágico para la nación del Emirato Islámico debido a la reconquista del territorio y la retirada de los soldados enviados por Washington, quienes mantuvieron la tranquilidad entre 1996 y 2021.
La evacuación de civiles y fuerzas militares generó caos y desesperación, situación que se repitió hasta el 26 de agosto, cuando un ataque reivindicado por el Estado Islámico dejó más de 100 fallecidos en los alrededores de la terminal aérea.
Los talibanes prometieron ser menos represivos
Los talibanes habían asegurado que al regresar al poder abandonarían sus métodos represivos y, sobre todo, respetarían los derechos de las mujeres. Sin embargo, lejos de cumplir, fijaron una línea dura del movimiento, sin mujeres y con el surgimiento de instituciones encargadas de imponer su interpretación ortodoxa de la ley islámica.
Aunque establecieron contactos diplomáticos con representantes de Estados Unidos y Europa, la falta de asistencia humanitaria hundió a Afganistán en una crisis sin precedentes, donde a más de 35 millones de personas se les niegan sus derechos humanos y más del 95% de la población vive en pobreza y desnutrición.
