Perú: trabajadores de Machu Picchu cierran la ciudadela para sumarse a las manifestaciones

Las protestas en Perú continúan de manera ininterrumpida desde el 7 de diciembre del 2022 cuando el Congreso Nacional del país Inca destituyó al entonces presidente Pedro Castillo y con este actuar, ascendió al poder la vicepresidenta Dina Boluarte, quien no tiene una buena imagen en el pueblo peruano ni es apreciada por las masas. Ahora, por estas mismas protestas, desde el Gobierno decidieron que no podrán ingresar más visitantes a Machu Picchu.

Desde la Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco, sitio donde se encuentra la ciudadela, decidieron no permitir el ingreso a más viajeros para conservar uno de los patrimonios culturales más importantes de Perú, la ciudadela y palacio de Machu Picchu, con motivo principal de apoyar las manifestaciones que avanzan ya por todo el territorio peruano. Al inicio las protestas se concentraban en el sur del país y luego pasaron al centro.

Así, los trabajadores en la maravilla mundial e hito de la arquitectura del imperio Inca, Machu Picchu, anunciaron un paro indefinido solicitando la destitución de la presidenta peruana Dina Boluarte. Además, entre las consignas de los reclamos se encuentran la disolución del Congreso Nacional que Pedro Castillo intentó desmantelar mediante lo que se denominó, un autogolpe, la liberación del propio Castillo y el llamado a elecciones presidenciales a la inmediatez.

Días antes de la medida dispuesta por los trabajadores de comercios en la ciudadela, ya se habían cancelado varias visitas por las masivas protestas, en primera instancia, se redujo la cantidad permitida de visitantes de 2.000 a 500 presuntamente para evitar la destrucción del patrimonio peruano, luego, el día de hoy, se sumaron a las protestas.

Represión en Perú

Durante los últimos días, las protestas en la región de Cusco aumentaron de manera significativa y desde que el Gobierno autorizó la represión, que la Defensoría del Pueblo peruano califica de excesiva, se perdieron más de medio centenar de vidas. Funcionarios de Boluarte incluso sugirieron que se trate a los manifestantes como terroristas que actúan de forma organizada contra el poder, consejo que la presidenta no implementó. 

Sin embargo, sí fue decretado el estado de emergencia en el país y la mandataria aún no reconoce las muertes ocasionadas por la brutal represión por parte de las fuerzas públicas pronunciando en su último discurso: “Quiero solidarizarme con la policía” y denunciando que los ciudadanos peruanos “quieren quebrar el estado de Derecho y tomar el poder”.