Ballenas muertas en Península de Valdés: cuáles son las posibles causas

Desde el pasado 24 de septiembre, en la Península de Valdés se ha presentado una grave emergencia ambiental, como consecuencia de la muerte de 15 ballenas francas australes.

Desde el momento en que se reportó el primer fallecimiento, el Instituto de Conservación de Ballenas (ICB); en apoyo con otras organizaciones iniciaron una investigación para determinar las causas de los decesos de los ejemplares.

Para ello, se realizaron necropsias a las ballenas que fueron encontradas en el Golfo Nuevo y, aunque las causas todavía son investigadas, la principal hipótesis apunta a que los individuos tuvieron una intoxicación por floraciones algales nocivas, un fenómeno también conocido como marea roja.

Esto ya que en las muestras tomadas de plancton y bivalvos se detectaron “niveles muy elevados de biotoxinas”, según explican los investigadores del Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral (PMSBFA).

“Hemos recolectado una serie de muestras de órganos, tejidos y fluidos de las ballenas que son primordiales para detectar la presencia de biotoxinas, que investigamos como posible causa de muerte de estas ballenas, a consecuencia de la intensa floración algal y elevados niveles de biotoxinas detectadas en plancton y bivalvos de la zona”.

Además, agregan que “Las muestras de las ballenas ya han sido pre-procesadas en instalaciones del CESIMAR, CCT CENPAT, CONICET, y serán analizadas por las Dras. Nora Montoya y Belén Mattera del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP)”.

Aunque hasta el momento han muerto 15 ejemplares, no se descarta que en los próximos días fallezcan más individuos, por lo que los investigadores realizan un monitoreo constante en la zona.

Por qué la marea roja afecta a las ballenas

Según señala el informe del ICB, las llamadas “floraciones algales nocivas afectan a algunos organismos y a otros, no. Por ejemplo, los bivalvos como mejillones y cholgas no se ven afectados y actúan como concentradores y vectores, facilitando que las toxinas pasen a otros organismos de niveles superiores de la cadena alimentaria, como los mamíferos y aves”.

En el caso de las ballenas, “las biotoxinas concentradas pueden provocar distintos daños en la salud e, incluso, la muerte. Algunas toxinas tienen propiedades paralizantes y afectan el sistema respiratorio, pudiendo causar la muerte por asfixia. Otras afectan el sistema gastrointestinal y nervios”.