El papa Francisco avanza con la recuperación de su cirugía

El papa Francisco pasó su segunda noche en el hospital Policlínico Gemelli, donde le practicaron una laparotomía y cirugía plástica de la pared abdominal con prótesis el pasado miércoles.

Tras la intervención, el sumo pontífice deberá permanecer varios días internado; sin embargo, los especialistas que lo tratan aseguraron que el papa Francisco evoluciona favorablemente.

“El papa Francisco descansó durante la noche. El equipo médico informa que el cuadro clínico mejora progresivamente y el curso posoperatorio es regular”, informó la oficina de prensa del Vaticano.

Además detallaron: “Tras el desayuno, su santidad comenzó a movilizarse, pasando la mayor parte de la mañana en un sillón. Esto le permitió leer los periódicos y reanudar su trabajo”.

Ayer, el santo padre había pasado un día en reposo, alimentado a base de una dieta líquida, y los médicos informaron que sus “parámetros hemodinámicos y respiratorios son estables. El curso posoperatorio parece regular”.

Aunque el sacerdote se recupera satisfactoriamente, debido a su avanzada edad, los especialistas lo vigilan de manera constante y toman todas las precauciones necesarias para evitar cualquier complicación.

En este sentido, desde el Vaticano anticiparon que si la salud del sumo pontífice continúa estable, “se espera que el domingo, a las 12:00 del mediodía, recite el Ángelus desde el balcón del Policlínico Gemelli, donde se está recuperando”, con lo cual también poco a poco retomará sus actividades.

Por qué el papa fue operado

Sergio Alfieri, el cirujano que intervino al santo padre, explicó que lo que se hizo fue “intervención quirúrgica programada para extirpar un laparocele incisional (hernia) causado por cicatrices de antiguas intervenciones quirúrgicas”.

La hernia, que habría sido generada debido a una mala cicatrización de su última intervención, genera un agujero en la pared abdominal por donde puede salir contenido de este tipo, lo que a su vez puede provocar una obstrucción intestinal, dolor y, en los casos más graves, necrosis intestinal.

A razón de ello, el sacerdote fue sometido a la cirugía: no solo se evita el riesgo, sino que se cierra el orificio de la pared abdominal y se coloca una malla, que sirve de contención para que no se vuelva a debilitar la zona.