Plantas
En casa: aprendé a trasplantar los brotes de suculentas con confianza
Las suculentas pertenecen a una clase de planta que se propaga rápidamente. Sacale provecho.Las suculentas ganan cada vez más fanáticos y, por supuesto, tienen una particularidad que suma puntos. Nos referimos a la facilidad que presenta su propagación o su trasplante. Pese a que pueda hacerse en poco tiempo y ser sencillo, hay algunos detalles a tener en cuenta.
Es necesario tener cuidado con las raíces; a veces se enmarañan y, si bien se deja manipular, hay que ser cuidadoso y repetir este proceso cada cierto tiempo (dos, tres años) lo ideal es que trasplantemos nuestras suculentas para mudarlas a una maceta de mayores dimensiones.

Cabe destacar que “el cuándo trasplantar una suculenta” nos lo dirá, en gran medida, la propia planta. Por ejemplo: si vemos asomar las raíces por los agujeros de drenaje de la maceta o bien la planta ya ocupa una buena proporción de ella, habrá llegado el momento de hacer que esté más cómoda.
Trasplantar suculentas

Con el recipiente idóneo preparado, es necesario seguir este proceso:
1. Rellenar el fondo con piedras de buen tamaño. El objetivo es que impidan que los agujeros de drenaje pueden bloquearse.
2. A continuación añadiremos tierra a la maceta y un sustrato específico de cactus y suculentas que contará con la proporción necesaria de componentes vegetales para facilitar el drenaje.

3. Para ayudar al crecimiento de la planta, agregarás a esta mezcla un abono de lenta liberación que hará sus funciones sin prisa pero sin pausa.
4. Finalmente colocarás la suculenta que plantarás como cualquier otra planta: se cubre con sustrato sus raíces y dejando la parte verde un par de centímetros por debajo del borde de la maceta.
Trasplante de nuevas suculentas

Es más que habitual que, de la planta original, broten nuevos gajos: es una nueva suculenta genéticamente igual a la planta madre. Es una oportunidad estupenda de propagar una determinada suculenta gracias a estas pequeñas nuevas plantas que pueden nacer en el tallo o en las propias hojas (según su especie).
A esta nueva camada hay que vigilarla, ya que, cuando adquieren un tamaño importante, pueden suponer el agotamiento de la planta principal. Para evitar esto, es aconsejable esperar a que cuenten con un buen tamaño y pensar en un trasplante.

En este caso, será algo más delicado que en el de maceta a maceta, ya que habrá que desenredar las raíces sin dañarlas para que el trasplante prospere correctamente. Para ello, lo ideal es sacar la suculenta de su maceta y sacudir la tierra antes de comenzar a desenmarañar el sistema de raíces.
Se trata de una labor que tendremos que realizar con mucha paciencia y, en caso de que nazcan directamente de la planta, habrá que aplicar fungicida sobre cualquier herida que se le haya hecho a la planta.