Isla flotante: un postre sin gluten, con solo 2 ingredientes y en pocos pasos

La isla flotante es una delicia originaria de Francia que luego se extendió por otros países hasta llegar a la Argentina, por lo cual fue incorporada como una de las preparaciones dulces más elegidas por grandes y chicos. Su simplicidad y sabor hacen que sea ideal para un domingo en familia, ya que rinde muchas porciones y deja a todos conformes. 

Básicamente, la isla flotante se compone de clara de huevo y caramelo, luego se le puede agregar alguna esencia a gusto, ya sea de vainilla o un aromatizante. La elaboración es muy rápida y sencilla, por eso es un postre que tiene gran aceptación y nadie puede negarse a hacerlo al menos una vez en su vida.

Ingredientes:

6 claras de huevo

25 g de azúcar 

Esencia a gusto

Para el caramelo: 

125 g de azúcar 

50 g de agua

Jugo de limón (opcional)

Preparación:

1- Llevar un bowl, donde vamos a montar las claras de huevo, a la heladera. Este truco te permitirá montarlas con más facilidad.

2- Hacer el caramelo para la base, colocando en una olla pequeña el azúcar, gotitas de jugo de limón y agua. Mezclar bien y tener en cuenta que todo el azúcar debe estar mojado, ya que esto evitará la cristalización. Llevarlo al fuego y no removerlo, dejar que el agua se evapore.

3- Una vez que el caramelo toma el color deseado, aproximadamente tres minutos, se debe remover el recipiente de forma envolvente por el mango de la olla, sin usar espátula. Volcar el caramelo en el molde, moverlo rápidamente para que cubra toda la base. 

4- Sacar el bowl de la heladera y colocar allí las claras de huevo, batir enérgicamente inclinando el recipiente para lograr un gran volumen. Una vez que duplique su tamaño agregarle una cucharada de azúcar y luego agregarle la esencia (de limón, almendras, vainilla) elegida. Estará lista cuando la preparación adquiera firmeza y cuando al subir el batidor quede un pico hacia arriba que se mantenga.

5- Volcar la preparación en el molde con el caramelo con movimientos envolventes, extenderla con una espátula intentando que quede lo más plana posible. Apoyar el molde sobre otro más grande y colocar agua dentro de este último para que se cocine a baño María, luego colocar a un horno de 115 grados, aproximadamente 45 minutos.

6- Una vez lograda la consistencia y color deseados, apagar el horno y dejar que se enfríe aproximadamente 15 minutos dentro de este con la puerta abierta. Sacarla y dejar que se enfríe a temperatura ambiente y luego llevarlo a la heladera un mínimo de 6 horas. ¡Desmoldarlo y a disfrutar!