Acorde para la familia: así es la imponente casona de Valeria Gastaldi en el corazón de Beccar

Hace dos décadas, la música y la televisión argentina se revolucionaba gracias a la llegada del reality de canto "Popstars", el cual tenía como objetivo conformar a una banda de pop de chicas. Bandana fue el nombre de la agrupación de cinco chicas que se destacaban entre miles y en ellas, Valeria Gastaldi supo brillar con su voz.

Valeria Gastaldi fue una idola de generaciones que con Bandana y con su carrera solista mantuvo un séquito de fanáticos que siguieron sus éxitos y su vida. El presente de la cantante lejos está de ser el de su pleno auge.

A los 39 años, Valeria Gastaldi se encuentra dedicada a sanar el duelo del fallecimiento de su padre, el reconocido empresario Marcos Gastaldi, y al cuidado de sus hijos Santino, Manuel y Lorenzo Marcos, quien nació hace unos meses. 

Concentrada en la crianza de sus pequeños hijos, la intérprete de "Cuando no estás" reside en una imponente casa en Beccar, San Isidro, junto a los retoños y su esposo Facundo Pereyra Iraola.

Refugio de amor

La casona de zona norte donde vive Valeria es un verdadero lujo donde lo minimalista se conecta con lo natural. En un ambiente donde predomina el verde y la flora, la cantante cuenta con un amplio patio ideal para que sus hijos jueguen. También cuenta con una gran piscina y para su tranquilidad, el perímetro esta custodiado con cerco eléctrico.

En cuanto al interior de la casa, la cantante encontró la calma justa a nivel estructural. La madera y los colores cálidos convergen con las paredes blancas, la iluminación natural y la decoración armoniosa, tal como se puede apreciar en el cuarto de su tercer hijo Lorenzo Marcos. 

Entre maderas de diverso color, el mimbre, los blancos y las láminas acuarelables de animales, el bebé se rodea de un ambiente acorde a sus necesidades.  “Volver a tu casa con un hijo nuevo es impactante. Lorenzo es el tercero, pero no deja de ser un volver a empezar.. Los primeros días me sentí bastante inexperta, como una primeriza, pero ya entré en ritmo”, comentaba Valeria con emoción. Con una casona así, es inevitable no encontrar el norte rápidamente.