DE BUEN CORAZÓN

Matías Almeyda: la historia de un hombre fuerte en la cancha que guarda una gran sensiblidad

Las mujeres de su familia tienen un gran poder de motivación para el exjugador.
lunes, 13 de septiembre de 2021 · 17:00

Fue la figura fuerte en una época difícil para River Plate y le puso garra para darle fuerza al equipo de sus amores. Pero más allá de la fortaleza que supo mostrar en su momento, Matías Almeyda tiene un lugar donde puede recuperarse y donde están sus más profundos sentimientos.

Y es que el exdirector técnico de River Plate y también de los Chivas de la Liga MX siempre recala en el hogar que construyó junto con su esposa Luciana García Pena, la exmodelo, actriz y conductora que conoció cuando ambos eran muy jóvenes.

Luciana decidió abandonar la TV y seguir a Almeyda, que jugaba en el Sevilla. 

Lo más romántico es que Almeyda le declaró su amor a Luciana cuando ella le realizaba una entrevista para Teleshow en Argentina.

Luego, Luciana decidió poner en pausa su carrera en los medios para dedicarse a la familia y a las tres hijas que tuvieron con Almeyda. A pesar de llevar más de 20 años juntos, recién en 2015, el Pelado y Luciana contrajeron matrimonio. 

El jugador es un ser humano que siente, que llora, que tiene problemas personales. Es como una persona cualquiera.

Matías pasó por el Parma y Lazio y, cuando le llegó el retiro, fue de los pocos que se animó a hablar de la situación que atraviesan los futbolistas cuando se aproxima el final de su carrera. Él, además de promover un buen diálogo en el núcleo familiar, sostiene que es fundamental la educación y el apoyo de profesionales.

Sus hijas también lo ayudaron.

Un momento clave dentro de la vida de Almeyda fue ver un dibujo de su hija Sofía sobre cómo veía a la familia. Hizo a su madre como una reina, a sus hermanas como princesas y a su padre como un león viejo, enfermo y triste.

 

Otra persona muy importante

La familia ha sido un factor fundamental en la vida del exdirector técnico de River, Matías Almeyda; sin embargo, a la misma altura que su esposa e hijas, hay otro ser que lo inspiró.

Matías asegura que aprendió de resiliencia por la hija de su hermana. 

Es su pequeña sobrina Clarita, quien tiene síndrome de Down, lo que motivó al argentino a salir de una depresión que hasta lo hizo abandonar el futbol a sus 31 años.

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