RÍO DE JANEIRO
Río de Janeiro sin carnaval y con fuertes sanciones para quienes organicen fiestas
Es una de las celebraciones más grandes del mundo.
Río de Janeiro prohibió por decreto el carnaval que tradicionalmente se lleva a cabo entre la última semana de febrero y las primeras de marzo. La normativa publicada en el Diario Oficial de la Unión explica que se suspenden las concentraciones y desfiles organizados por las escuelas de samba; se debe a la pandemia del coronavirus que ha causado 9 millones de contagios en Brasil.
Las escuelas de danza y participantes del evento en Río de Janeiro habían expresado hace semanas que no organizarían ninguna celebración y para descartar cualquier posibilidad el Gobierno suspendió el punto optativo del lunes de carnaval a realizarse el 15 de febrero y decidió mantener el festivo para el martes 16.
La entrada de autobuses que no sean de la ciudad estará prohibida, exceptuando a los que sirven para el traslado de trabajadores esenciales. Quienes no cumplan estarán sujetos a multas y sanciones de las autoridades que pueden decomisar bienes e instrumentos no autorizados.
El Gobierno de Río de Janeiro clausurará establecimientos donde se realicen fiestas clandestinas, están prohibidas las ventas ambulantes y quienes sean descubiertos incumpliendo podrían pasar hasta un año en prisión.
Se prohíben concentraciones y desfiles de gremios y bloques carnavalescos.
El alcalde de la ciudad, Eduardo Paes explicó que se quiere reducir el riesgo de contagios, tomando en cuenta que Río de Janeiro tiene las cifras más altas a nivel nacional y los hospitales están desbordados.
Las medidas ya son severas para los grupos, pero a las sanciones, prohibiciones y penas se suma que los gremios que sean descubiertos incumpliendo no tendrán permiso para participar del carnaval de 2022.
Los epidemiólogos que han opinado sobre la actividad brasileña han reiterado que la aglomeración de tantas personas y por tanto tiempo en una misma región podría causar un brote de COVID 19 con mayores dimensiones, en un país donde el sistema de salud está colapsado y ya fallecieron 228 mil personas, es la segunda nación más afectada en el mundo, después de Estados Unidos.
